POR BURHAN OZBILICI
Ankara, Turquía

Turquía empezó a juzgar hoy a 486 sospechosos, entre los que hay varios generales y pilotos militares, acusados de encabezar el golpe de Estado fallido del año pasado y de realizar ataques desde una base aérea en Ankara.

Fethullah Gulen, un clérigo asentado en Estados Unidos a quien el gobierno culpa de orquestar el alzamiento, es el principal acusado en este caso y será juzgado en ausencia.

El excomandante de la Fuerza Aérea Akin Ozturk y otros funcionarios de la base de Akinci, a las afueras de la capital, Ankara, están acusados de dirigir el golpe y bombardear edificios clave del gobierno, incluido.

Muchos enfrentan peticiones de cadena perpetua por delitos contra el Estado como violación de la constitución, asesinato, intento de asesinar al presidente y de derrocar al gobierno.

El proceso judicial es uno de las docenas abiertos en el país tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016, que dejó 249 fallecidos. Unos 30 golpistas fueron también asesinados. Según el gobierno, el alzamiento fue obra de seguidores del movimiento de Gulen, pero el religioso negó cualquier implicación.

Los conspiradores utilizaron Akinci como su base de operaciones, según el ejecutivo. El jefe del ejército turco, el general Hulusi Akar, y otros altos mandos estuvieron cautivos varias horas en las instalaciones durante la noche de la rebelión.

Hoy, un grupo de 41 acusados desfiló desde un penal hasta una Corte construida especialmente para juzgar a los conspiradores. Iban esposados, escoltados por agentes de la policía paramilitar y protegidos por efectivos de las fuerzas especiales.

De los acusados en el proceso de hoy, 461 está encarcelados y 18 quedaron en libertad a la espera del resultado del juicio. Las autoridades turcas siguen buscando a otras siete personas, incluyendo Gulen y la supuesta cúpula de su movimiento, que serán juzgados en ausencia.

Ozturk, el excomandante de la fuerza aérea, está siendo juzgado en otro caso separado acusado de ser uno de los líderes del golpe.

Familiares de los fallecidos o heridos durante la noche del 15 de julio de 2015 protestaron ante el tribunal, y algunos arrojaron cuerdas a los acusados exigiendo la restauración de la pena capital y su decapitación. Otros arrojaron piedras o intentaron romper el bloqueo policial para llegar hasta los sospechosos al grito de «asesinos».

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