Washington
DPA
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, publicó anoche su tercer informe sobre Venezuela, en el que hace una fuerte condena al Gobierno de Nicolás Maduro y pide a los países miembros que intensifiquen la presión sobre él ante el temor a un «baño de sangre».
«La violencia se intensifica y el aparato de seguridad recrudece sus acciones. El temor que albergamos en nuestras mentes, pero que tenemos mucho miedo de mencionar en voz alta, es que esta situación pueda llegar a convertirse en un baño de sangre», indicó Almagro.
El texto de 60 páginas es una actualización del que publicó en marzo, que a su vez lo era de otro presentado el año anterior. En esos dos documentos consideró que el orden constitucional se había roto en Venezuela y pidió la suspensión del país en la organización si Maduro no convocaba elecciones en 30 días.
No ocurrió, pero su insistencia en el tema venezolano ha hecho que este ocupe desde entonces la agenda de la OEA, el único foro multinacional en el que se está abordando la crisis política, económica y humanitaria en el país latinoamericano, en el que ya han muerto más de 90 personas en el marco de la última ola de protestas contra Maduro, iniciada en abril.
«El Régimen ha creado una ‘nueva normalidad’ en que el Estado utiliza la violencia institucional sistemática en una guerra sucia contra el pueblo», denuncia Almagro en el informe.
Tras la consulta popular del domingo en la que más de siete millones de venezolanos rechazaron la Asamblea Constituyente que ha convocado Maduro para que redacte una nueva Carta Magna, el secretario general de la OEA pide a los países miembros y a la comunidad internacional que apoyen al pueblo venezolano y presionen a su Gobierno «por todos los medios posibles».