BRUSELAS
AP
El grupo del Parlamento Europeo formado para las negociaciones del Brexit criticó hoy la propuesta británica sobre los Derechos que tendrían los ciudadanos europeos tras la salida británica del bloque, en un nuevo indicio de lo espinosas que se espera se vuelvan las negociaciones de dos años.
“Gran Bretaña no respeta los principios de reciprocidad, simetría y no discriminación”, afirmó el grupo en una carta al negociador jefe de la UE, Michel Barnier. Según la propuesta británica del 26 de junio, añadieron los eurodiputados, los ciudadanos de la UE en Gran Bretaña enfrentarían “nada menos que una degradación a un estatus de segunda clase”.
Los Derechos de los ciudadanos en los países del otro bando se consideran el primer asunto a dirimir en las conversaciones.
La primera ministra británica, Theresa May, adelantó a finales de junio sus ideas para proteger los derechos de los ciudadanos expatriados en una cumbre de la UE.
Tras estudiar con cuidado los detalles, el Grupo de Dirección del Brexit en el Parlamento Europeo fue mucho más firme y dijo que buena parte del optimismo británico es sólo una pantalla de humo y que la propuesta no es suficiente para la cámara comunitaria.
“Los Derechos de los ciudadanos de la UE en Gran Bretaña se reducirán a un nivel más bajo que el de los nacionales de un tercer país en la UE”, señalaron en la misiva a Barnier.
“El lenguaje aspiracional empleado en relación a Derechos tan importantes como el Derecho a la salud o al reconocimiento de títulos y cualificaciones profesionales no proporciona las muy necesarias garantías”, añadió el comité.
El Parlamento de la UE quiere que los ciudadanos de ambos bandos reciban “un trato justo” y que sus Derechos “obtengan prioridad plena en las negociaciones”.
Además de los Derechos de sus ciudadanos, los negociadores tendrán que abordar en un principio la cuantiosa factura que tendrá que pagar Gran Bretaña por abandonar la UE y los problemas en torno a la frontera terrestre con Irlanda.
El proceso de divorcio debería completarse en marzo de 2019, de modo que los negociadores sólo tienen hasta otoño de 2018 para acordar no sólo la salida de Gran Bretaña, sino una nueva relación con Londres.