San Juan
DPA

Los habitantes de Puerto Rico votarán el domingo en un plebiscito sobre el estatus político de la isla en relación con Estados Unidos, en una consulta no vinculante que la oposición llamó a boicotear y cuyo aval por parte de Washington sigue siendo una incógnita.

Los puertorriqueños pueden elegir entre la independencia, la anexión a Estados Unidos («estadidad») o mantener la situación actual de estado libre asociado.

Los opositores denuncian que el proceso está amañado para lograr un resultado favorable a la denominada «estadidad», y reclaman que nunca se les ofreció la oportunidad de presentar propuestas propias para someter a votación.

Las opciones ofrecidas al electorado, señalan, fueron preparadas unilateralmente por la Asamblea Legislativa, controlada por el gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP), que promueve la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos como su estado número 51.

El gobierno encabezado por el gobernador Ricardo Rosselló Nevares y el PNP siguió con el proceso pese a la oposición del resto del espectro político del país y sin el aval que solicitaron al Gobierno de Estados Unidos para validar los resultados.

Según una encuesta del diario «El Nuevo Día», un 72 por ciento de los votantes registrados acudirá el domingo a las urnas, aunque sigue sin estar claro si el resultado será avalado por el Departamento de Justicia.

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