Kabul/Berlín/París
Dpa
Al menos 80 personas murieron y más de 460 resultaron heridas en un devastador atentado con bomba perpetrado hoy en el barrio de las embajadas de Kabul, uno de los más graves registrados en la capital de Afganistán en los últimos años, informó el Ministerio de Salud afgano.
Según una portavoz del Ministerio del Exterior alemán, una trabajadora alemana de la legación diplomática de ese país resultó herida, mientras que una empleada afgana sufrió heridas de consideración. Además, un vigilante afgano murió.
El edificio principal de la embajada germana, situado en el centro del barrio de las embajadas y edificios del Gobierno de Kabul, quedó destrozado. Tal como las fotos muestran, la onda expansiva destruyó numerosas ventanas.
Un guardia de la embajada egipcia también resultó herido en el ataque, indicó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto. La detonación también dañó el edificio de la legación y la residencia del embajador egipcio, informó un portavoz del ministerio en el comunicado.
Por el momento ningún grupo ha asumido la autoría del ataque. Los talibanes aseguraron no tener nada que ver con el atentado. Otros similares en el pasado fueron reivindicados por la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Se trata del peor atentado perpetrado en la capital afgana desde principios de año. Además cientos de personas murieron o resultaron heridas.
La bomba, presumiblemente escondida en un camión cisterna para el transporte de agua, explotó hacia las 08:30 hora local en la plaza central Zanbaq, cerca de la cual se encuentran varias embajadas, el cuartel general de la OTAN, el palacio presidencial y ministerios.
La detonación destrozó al menos 50 vehículos. Las imágenes muestran coches calcinados, árboles quemados, el asfalto cubierto de piedras y la embajada alemana destrozada, de cuya fachada sólo queda el forjado de hierro.
En la lista de las víctimas mortales figuran empleados del gobierno, un líder religioso, conductores y periodistas. Antes los hospitales se formaban largas colas de personas que buscan a sus familiares.
Fuentes conocedoras de la seguridad de la embajada alemana señalaron que se había planeado trasladar oficinas a otros edificios del interior del recinto, pues se creía que estando en la esquina de una concurrida calles estaban demasiado expuestos.
El presidente alemán Frank Walter Steinmeier condenó el ataque. «Seguiremos juntos en nuestros esfuerzos contra el terrorismo», señaló Steinmeier en un telegrama que envió a su homólogo afgano, Ashraf Ghani.
La canciller alemana se mostró conmocionada y tras expresar sus condolencias a las víctimas y sus familiares dijo: «En momentos como éste nos queda claro una vez más que el terrorismo no conoce fronteras. Se dirige a todos nosotros, ya sea en Mánchester o Berlín, París, Estambul, San Petersburgo o hoy en Kabul. Hoy estamos unidos más allá de las fronteras en el horror y en la tristeza», afirmó. «Combatiremos el terrorismo y lo venceremos», agregó.
El atentado hizo que el Gobierno de Berlín aplazase el vuelo programado para el jueves con inmigrantes a los que había sido denegada la solicitud de asilo. No obstante el ministro del Interior, Thomas de Maizière, señaló que se seguirá deportando a los solicitantes que sean rechazados.
En líneas generales no cambia nada la posición del Gobierno en este punto. Las expulsiones de estos inmigrantes son controvertidas debido a la inseguridad en el país. Las organizaciones de derechos humanos, asociaciones y políticos de la oposición exigen que se detengan de inmediato las deportaciones a Afganistán. Hasta la fecha Alemania ha expulsado a 106 inmigrantes afganos en cinco vuelos.
El enviado especial de Naciones Unidas al país, Tadamichi Yamamoto, señaló que es especialmente grave que se haya decidido hacer estallar la bomba en un área llena de civiles durante el mes santo del Ramadán. También el papa Francisco condenó el «abominable ataque» y expresó a los afectados sus «más sentidas condolencias».