Madrid/Barcelona
DPA

Un cruce de misivas recogió en las últimas horas la tensión entre Madrid y Cataluña: el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, respondió al jefe del Ejecutivo de la región española, Carles Puigdemont, que su propuesta de celebrar allí un referéndum sobre la independencia es imposible.

«Considero inexcrutable volverle a reiterar no solo la imposibilidad de tomar parte en aquello que propone, sino también la imposibilidad de que su Gobierno plantee tan grave amenaza a la convivencia y al orden constitucional», escribió el líder conservador.

El primero en tomar la iniciativa fue Puigdemont, quien ayer envió a Rajoy una carta en la que le pedía iniciar negociaciones «sobre los términos y condiciones» de un posible referéndum en Cataluña con el fin de buscar «una solución pactada» a la tensión soberanista en la región del noreste de España.

Hoy, en una carta de respuesta, el jefe del Gobierno español insistió en que no se puede negociar una consulta de esas características a «espaldas» de los «cauces democráticos» y criticó que el Gobierno catalán amenace con declarar la secesión si no consigue su objetivo.

«Ni usted ni yo tenemos capacidad para negociar sobre aquello de lo que no disponemos. Ello supondría hurtar de sus derechos al conjunto del pueblo español, y por ende, a los catalanes, y ningún legítimo gobernante puede proceder de esta manera», señaló Rajoy.

El pulso independentista de Cataluña, una de las regiones más ricas y pobladas de España, ha ido escalando desde que en 2010 el Constitucional español decidió anular algunos puntos del nuevo Estatuto de Autonomía catalán, una especie de Constitución regional.

El reclamo de una independencia del resto de España fue ganando peso político y se centró en el intento de celebrar un referéndum soberanista en la región. El Gobierno catalán quiere que la consulta se celebre a principios de octubre, pero Madrid lo rechaza de plano.

En este contexto, Rajoy y Puigdemont intercambiaron varios mensajes en los últimos días. El jefe del Gobierno español instó el viernes al mandatario catalán a lanzar y debatir su propuesta en el Parlamento español, pero éste lo rechazó la invitación.

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