BEIRUT
POR AGENCIAS/AP

Las autoridades sirias reanudaron el miércoles la evacuación y traslado de miles de sirios de cuatro zonas sitiadas, según activistas y medios estatales, días después de que un ataque que causó 120 muertos paralizase la criticada operación.

Tres mil residentes de Foua and Kfarya, las localidades partidarias del presidente Bashar Assad, salieron en 45 buses en dirección a Aleppo, controlada por el gobierno. Otros 11 autocares cargados con unas 500 personas, incluyendo combatientes de la oposición, salieron de Madaya y Zabadani, cerca de Damasco, para dirigirse a la provincia rebelde de Idlib, en el norte del país.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos también reportó el traslado, que dijo que incluyó a 800 hombres armados de ambos bandos. Unos 160, la mayoría pistoleros, se quedaron en Zabadani.

Poco después de la partida de los buses de Zabadani, la televisora estatal dijo que la localidad estaba libre de milicianos. Por su parte, el Central Military Media, controlado por Damasco, señaló más tarde que se limpió una zona de alrededor de 50 kilómetros cuadrados (19 millas cuadradas) de combatientes de la oposición.

Tras repetidas demoras, la primera fase del pacto de evacuación se puso en marcha el viernes. Unas 30 horas después de que los dos primeros convoyes llegaran a los puntos de intercambio, una enorme explosión sacudió un autocar que trasladaba a residentes en zonas progubernamentales. En el ataque murieron 120 personas, la mayoría mujeres y niños. Muchos de los combatientes rebeldes que escoltaban los buses fallecieron. Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría del ataque, del que Damasco culpa a los rebeldes.

Reflejando el temor a nuevos actos de violencia, Amer Burhan, un médico de Zabadani, dijo que los buses con residentes progubernamentales esperaban en zonas de la oposición hasta la salida de los procedentes de los otros pueblos.

Hussein al-Ragheb, miembro del parlamento de Siria, dijo a la televisora estatal que otros 8.000 residentes esperan para abandonar Foua and Kfarya. Rami Abdurrahman, director del Observatorio, apuntó que se esperan también más evacuaciones desde las zonas rebeldes al sur de Damasco.

El acuerdo para el traslado de la población no está supervisado por Naciones Unidas. Sus críticos dicen que la operación, que en los próximos 60 días podría mover a unas 30.000 personas entre las líneas del frente, premia las tácticas de asedio y equivalen a un desplazamiento forzoso. Las cuatro localidades llevan años sitiadas.

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