Nueva York
DPA
Estados Unidos dio hoy señales de un posible cambio de estrategia frente a la situación en Siria, en medio de la preocupación de la comunidad internacional por un supuesto ataque químico con decenas de víctimas en ese país, atribuido por el propio presidente Donald Trump al Gobierno de Bashar al Assad.
«Se cruzaron muchas líneas», dijo el mandatario estadounidense en Washington, en referencia al presunto ataque con gas tóxico que tuvo lugar el martes en la localidad siria de Jan Sheijun, al que describió como «un insulto a la humanidad del régimen de Assad que no puede ser tolerado».
«Mi actitud hacia Assad cambió mucho», agregó Trump, tras conversar con el rey jordano Abdulá II en la Casa Blanca sobre el Estado Islámico (EI), la crisis de refugiados sirios y otros temas.
El presidente norteamericano también criticó a su antecesor, Barack Obama, por haber trazado una «línea roja» sobre el uso de armas químicas sirias, pero no haber reaccionado cuando ese límite se cruzó.
«Cuando matas a niños inocentes, bebés inocentes, pequeños bebés, con un gas químico que es tan letal, la gente se vio conmocionada por escuchar qué gas fue, eso cruza muchas, muchas líneas, más allá de una línea roja, muchas, muchas líneas», dijo.
Al mismo tiempo, su embajadora ante la ONU, Nikki Haley, expresó hoy en el Consejo de Seguridad que los Estados a veces se ven «obligados a tomar medidas» ante el fracaso de la comunidad internacional.
Al igual que Trump, Haley tampoco fue específica acerca de cuáles serían las medidas, por lo que no quedó claro si se refería a una intervención militar en Siria, por ejemplo contra Al Assad, a sanciones estadounidenses u otras acciones.
La situación en Siria es muy compleja y las opciones de Estados Unidos y sus aliados son algo limitadas. Washington no puede enfrentar militarmente a Al Assad sin entrar en conflicto con Rusia e Irán, aliados del Gobierno sirio.