NUEVA YORK
AP

El caso avanza lentamente en una sala casi vacía de una Corte del sur de Manhattan.

Sin embargo, el proceso destapó este mes un escándalo político en Honduras que confirma viejas sospechas sobre cómo la corrupción en altas esferas del gobierno contribuyó a que el país se transformase a principios de esta década en un violento epicentro del tráfico de droga.

Fabio Lobo, el hijo del político que presidió Honduras entre 2010 y 2013, se prepara para ser sentenciado en Nueva York tras haberse declarado culpable de participar en una red de tráfico de cocaína, pero nuevos detalles del caso que han resurgido en dos audiencias han expuesto lazos entre el exmandatario y el hermano del actual presidente con narcotraficantes.

Ahora, numerosas organizaciones políticas y sociales hondureñas exigen a la fiscalía de la nación y al propio presidente Juan Orlando Hernández adoptar acciones legales contra los Lobo, una de las familias más ricas del país.

«Este es un tema del que todo el mundo sospechaba», dijo Edmundo Orellana, un ex fiscal general del estado en Honduras. «Lo que no sabíamos eran los alcances y el involucramiento con los políticos. Eso sí ha sido una sorpresa».

El caso de Lobo saltó a las portadas de los diarios cuando Devis Leonel Rivera Maradiaga, ex líder del cartel de «Los Cachiros», testificó que pagó al menos 500 mil dólares al expresidente Porfirio «Pepe» Lobo a cambio de protección para llevar a cabo operaciones de tráfico de drogas. El exmandatario, dijo Rivera, le prometió que no le extraditaría.

«El presidente cumplió su promesa de que no se nos tocaría mientras él fuese presidente», agregó Rivera a través de una intérprete de español. «Y de hecho puso a su hijo como interlocutor para protegernos, para ayudar a los Cachiros».

El exnarcotraficante, quien admitió con gélida calma haber causado la muerte de 78 personas, explicó que su familia se encuentra en Estados Unidos por miedo a que el exmandatario, policías u otros políticos hondureños asesinen a sus parientes debido a su cooperación con las autoridades estadounidenses.

Rivera también testificó que el hermano del actual presidente hondureño le pidió sobornos a cambio de conseguir fondos públicos para cubrir una supuesta deuda del gobierno con una empresa del cartel que servía para lavar dinero.
Tanto Antonio «Tony» Hernández, hermano del mandatario, como Lobo, han negado las acusaciones desde Tegucigalpa.

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