NUEVA YORK
AP
Un juez federal admitió ayer una solicitud de los fiscales para que los extranjeros que se unan al equipo de defensa de Joaquín El Chapo Guzmán sean sometidos a un análisis por parte de las autoridades con el objetivo de evitar que sean miembros del Cártel de Sinaloa y tengan acceso a pruebas confidenciales.
El juez Brian Cogan de la Corte federal de Brooklyn estableció que ese riesgo es «significativo» debido al historial de Guzmán de contratar a especialistas para expandir su negocio de tráfico de drogas.
«Por lo tanto este requisito de aprobación previa es necesario», indicó el magistrado en su dictamen de siete páginas que fue difundido públicamente.
Estados Unidos acusa a Guzmán de encabezar un imperio de tráfico de drogas, brutalidad y corrupción. La defensa dice que no hay pruebas de que El Chapo haya cometido algún acto ilegal. El mexicano fue extraditado a Estados Unidos el 19 de enero.
En su decisión el juez destacó, sin embargo, que el funcionario que analice el historial y credenciales de abogados, investigadores o traductores que pretendan unirse al equipo de defensa no sea algún fiscal del caso. Cogan señaló que podría tratarse de otro fiscal, como alguno del distrito sur de California o el distrito oeste de Texas, ya que allí también hay acusaciones pendientes contra El Chapo.
Si el gobierno prefiere que la persona designada se encuentre en la Corte federal de Brooklyn alguno de los fiscales del caso podría dejar de desarrollar esa función y pasar a ser el especialista que realice los análisis, estipuló Cogan. El juez dio un plazo de 14 días al gobierno estadounidense para dar el nombre y dirección de esta persona.
Los abogados de oficio de Guzmán, Michael Schneider y Michelle Gelernt, criticaron la propuesta y la consideraron una «prohibición» a la entrada de extranjeros a su equipo. Schneider no respondió de forma inmediata a una solicitud de comentario por parte de AP.
De igual forma, la fiscalía y los abogados de Guzmán se enfrentaron por las condiciones de confinamiento del acusado, que de acuerdo con sus defensores le provoca alucinaciones con música.
La acusación se incluyó en una moción de la defensa interpuesta la semana pasada en la que se le solicita a Cogan que ordene que se libere a Guzmán del ala de ultra máxima seguridad de la prisión de Manhattan en la que también se encuentran supuestos terroristas y mafiosos, y se le permita integrarse a la población general donde pueda recibir más visitas.
Desde que fue extraditado en enero, ha estado encerrado en una celda sin ventanas 23 horas al día, solo acompañado de una radio, de acuerdo a documentos de la defensa. Sus captores también han violado sus derechos constitucionales al prohibirle que vea o hable con su esposa para que le ayude a decidir si contrata a un nuevo abogado.
Un desorden de ansiedad que comenzó mientras estuvo encarcelado en México, empeoró al punto de que «se le dificulta respirar y sufre de dolores de garganta y de cabeza», según los documentos. «Recientemente ha experimentado alucinaciones auditivas, quejándose de escuchar música en su celda a pesar de tener el radio apagado».
Los fiscales rechazan que sus condiciones sean extremas. Afirman que Guzmán está en la celda más grande del bloque, con una ventana esmerilada que permite el ingreso de luz solar, y tiene prolongadas visitas de su equipo legal, que le enseña a leer y hablar en inglés.
Y afirman que hay una explicación a la música que escucha: Tras la evaluación de un psicólogo de la prisión, se «reveló que el acusado únicamente escucha el sonido de un radio de un miembro del personal».
Se espera que Guzmán comparezca de nuevo en la Corte en mayo.