KUALA LUMPUR, Malasia
AP
Malasia y Corea del Norte expulsaron hoy a sus respectivos embajadores mientras se agrava su relación bilateral tras el asesinato por envenenamiento de Kim Jong Nam, medio hermano del líder norcoreano. El extraño caso de asesinato y la consiguiente batalla diplomática parecen haberle costado a Corea del Norte uno de sus pocos amigos en la comunidad internacional.
El primer ministro de Malasia alegó hoy que la expulsión del embajador norcoreano solo busca proteger la «soberanía y dignidad» de su país.
Pocas horas después de que el embajador norcoreano se dirigiera al aeropuerto para abandonar Malasia, Corea del Norte respondió anunciando que le ordenó al máximo enviado diplomático de Malasia que abandonara Pyongyang. Sin embargo, el anuncio fue simbólico pues Malasia ya había retirado a su propio diplomático poco después de la muerte.
Víctima de un ataque que muchos creen que fue orquestado por Pyongyang, Kim murió menos de 20 minutos después de que dos mujeres restregaron agente nervioso VX por su cara en el aeropuerto de Kuala Lumpur el pasado 13 de febrero, según las autoridades. Las mujeres, una de Vietnam y la otra de Indonesia, fueron acusadas de asesinato.