Berlín/dpa
El Gobierno alemán criticó duramente la acusación del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de que Alemania lleva a cabo «prácticas nazis» al prohibir actos electorales de ministros turcos en su territorio.
«Rechazamos de manera rotunda equiparar la política de la Alemania democrática con el nacionalsocialismo», indicó el portavoz de la canciller Angela Merkel, Steffen Seibert, al día siguiente de la declaración de Erdogan en un acto en Estambul.
«En todo caso las comparaciones nazis son siempre absurdas y fuera de lugar, puesto que conducen solo a restar importancia a los crímenes contra la humanidad del nacionalsocialismo. Se descalifican por sí mismas», agregó.
Por su parte, el jefe de Gabinete de Merkel, Peter Altmaier, lo calificó como «absolutamente inaceptable». «Alemania es insuperable en lo que se refiere a legalidad, tolerancia y liberalidad», declaró en la televisión pública ARD.
Los actos electorales de ministros turcos no deben ser prohibidos por principio, dijo Altmaier. «Sin embargo, se debe proceder de acuerdo a la ley. Se deben registrar para que puedan ser analizados», agregó.
La acusación de Erdogan efectuada ayer ya llevó ese mismo día a los políticos alemanes a reclamar inmediatamente una disculpa. Las declaraciones de Erdogan son «infames, abstrusas e inaceptables», afirmó el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, en ARD. Mientras, el secretario general de la Unión Cristianosocial (CSU), Andreas Scheuer, lo calificó como una «salida de tono escandalosa del déspota del Bósforo» y reclamó una disculpa.
Dentro de estas tensiones entre Alemania y Turquía, el líder de los Verdes, Cem Özdemir, reclamó una estrategia común de la Unión Europea y de Alemania de cara a los mítines de políticos turcos en suelo europeo. «Europa debe actuar unida», comentó el político turco-alemán hoy en ARD.
También dentro de Alemania se necesita unidad de cara a Turquía, señaló. «Con independencia de quién gobierne, Turquía sigue siendo importante», declaró, y recordó el interés de Alemania de que Turquía no gire hacia Rusia y derive de manera más marcada hacia el islamismo y el ultranacionalismo.
Para Özdemir es importante no contestar con irracionalidad a la irracionalidad de Turquía. «Aconsejaría reflexionar con la cabeza fría qué ayudaría a que Erdogan perdiera el referéndum, porque si gana el referéndum entonces habrá en Turquía una especie de sultanato, un sultanato de opereta», dijo.
Asimismo, el político alemán reclamó «condiciones justas». A su modo de ver también los políticos alemanes deberían poder dar mítines en Turquía. «Por qué no decir, por ejemplo, que nosotros queremos también hacer un acto en la plaza de Taksim, en Turquía. Yo estaría listo para ir allí y hacer una manifestación si Ankara me garantizara mi seguridad», declaró. «Sería curioso ver la respuesta», agregó.
Erdogan declaró en Estambul que las prácticas de Alemania «no son diferentes a las de los nazis en el pasado», debido a la prohibición de actos electorales de ministros turcos por causas principalmente de seguridad.
Respecto a informaciones aparecidas en los medios que apuntaban a una posible comparecencia de Erdogan en Alemania, el jefe del Estado turco contestó: «Si quisiera, iría también. Iría y si no me dejaran entrar por la puerta o no me permitieran hablar entonces haría que el mundo se levante».
Los mítines se enmarcan dentro del referéndum del próximo 16 de abril en Turquía, en el que se consultará a la población sobre la reforma de la Constitución turca para establecer un sistema presidencialista con más poderes para el actual jefe de Estado. En el referéndum tienen derecho a voto cerca de 1,41 millones de turcos que residen en Alemania.