Washington
DPA

Lilian Tintori logró ayer con Donald Trump lo que no había conseguido con Barack Obama: que el presidente de Estados Unidos la recibiera en el Despacho Oval y desde allí pidiera a Nicolás Maduro la liberación de su esposo, Leopoldo López, uno de los 108 políticos presos en Venezuela.

«Venezuela debe permitir que Leopoldo López, un preso político y marido de Lilian Tintori, salga de prisión inmediatamente», escribió Trump en Twitter acompañando una foto junto a la mujer del dirigente de Voluntad Popular; su vicepresidente, Mike Pence, y el senador republicano Marco Rubio.

Trump utilizó la misma expresión, «preso político», que había utilizado Obama para pedir la libertad de López -condenado a 14 años de prisión por haber incitado manifestaciones que en 2014 acabaron con más de 40 muertos-, solo que el demócrata nunca recibió a su mujer en la Casa Blanca.

Que el Gobierno de Maduro calificara de «intromisión y agresión» lo sucedido en el Despacho Oval a través de su ministra de Exteriores, Delcy Rodríguez, da cuenta de la irritación. «El presidente de Estados Unidos pretende dar órdenes en nuestra patria», aseguró la canciller en Twitter.

Con ese movimiento, la oposición venezolana se apunta un buen tanto y Trump, en su primer pronunciamiento público sobre Venezuela como presidente, desafía a un Nicolás Maduro que ha intentado no molestar al republicano desde que entró en la Casa Blanca.

«Peor que Obama no va a ser», dijo Maduro hace semanas. Y sin embargo, en menos de un mes que Trump lleva en el Gobierno estadounidense, el mandatario latinoamericano ha sufrido dos reveses desde Washington, ambos además esta semana.

El primero fue la catalogación de su vicepresidente Tareck El Aissami como narcotraficante. El Departamento del Tesoro incluyó este lunes al hombre fuerte de Maduro en la llamada lista «Kingpin» por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.

Y dos días después, Trump recibió por sorpresa a la mujer del hombre que más le complica su imagen hacia el exterior y tuiteó pidiendo su liberación cuando se cumplen tres años de su encarcelamiento. Eso, apenas poco después de que Maduro manifestara públicamente que no quería guerra con él.

«Si ustedes me preguntan, digo que no quiero pelear con el señor Trump. No. Lo digo desde Venezuela, quiero una relación de respeto, de diálogo, pero parece que lo están empujando y van a caer en el mismo hoyo que cayeron el clan Bush y el clan Clinton-Obama», señaló el mandatario el miércoles por la tarde.

La noticia de que el Gobierno venezolano sacaba del aire a la televisora estadounidense CNN por un polémico reportaje quedaba además en segundo plano ante la imagen de Tintori y Trump juntos en la sala con mayor poder político del mundo.

Para Leopoldo López y Voluntar Popular, la entrada de Tintori en el Despacho Oval es una gran victoria simbólica.

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