Washington
DPA
Michael Flynn, asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció su dimisión anoche por sus contactos con el embajador de Rusia en Washington, en la primera renuncia de alto rango tres semanas después de que asumiera funciones el nuevo Gobierno.
El cargo será ocupado ahora de forma interina por el exgeneral Keith Kellogg, un veterano de la Guerra de Vietnam, informó la Casa Blanca. Kellogg es un general retirado de 72 años que ya había formado parte del equipo de transición de Trump.
La renuncia estuvo motivada por una supuesta conversación con el embajador de Rusia en Washington, Serguei Kislyak, en la que Flynn habría hablado sobre el levantamiento de las sanciones a Moscú. La conversación tuvo lugar el 29 de diciembre, el mismo día en que el entonces presidente Barack Obama anunciaba esas medidas en respuesta a la presunta interferencia rusa en la campaña presidencial estadounidense.
En Estados Unidos es ilegal que un ciudadano privado -como lo era Flynn entonces- se inmiscuya en asuntos diplomáticos con funcionarios extranjeros.
La otra cuestión es si ocultó información. Flynn reconoció no haber informado plenamente al vicepresidente, Mike Pence, sobre la naturaleza de esas conversaciones, en las que, según la prensa, habría mencionado la posibilidad de que el nuevo gobierno del presidente Donald Trump levantara esas sanciones contra Rusia.
Ayer, ABC News y otros medios informaron que Flynn se había disculpado con Pence por haberle hecho creer que no había hablado de las sanciones.
La Casa Blanca había confirmado la conversación entre ambos, pero el portavoz Sean Spicer negó que se hubiera conversado sobre las sanciones. Esa versión fue reiterada luego por Pence, que en una entrevista dijo que no habían debatido «nada relacionado con la decisión de Estados Unidos de expulsar a diplomáticos» o sancionar a Rusia.
Sin embargo, el «Washington Post» informó la semana pasada que sí se había hablado de sanciones. Un funcionario de alto rango dijo después que Flynn no estaba «completamente seguro» de si se había hablado de ello.
Desde Rusia, la renuncia se percibió como un símbolo de las aún complicadas relaciones con Washington, pese a las promesas de Trump de distender la tensión entre los dos países.
Las relaciones entre Moscú y Washington pasan por su peor momento en décadas pero Rusia espera que con la nueva Administración de Donald Trump las cosas cambien, tal como lo anunció el magnate durante la campaña.
Como Trump, Flynn apoyaba esa mejora de relaciones bilaterales y había aparecido muchas veces en la emisora estatal Russia Today (RT). También se lo vio sentado el año pasado en un evento junto al presidente ruso, Vladimir Putin, en un evento en Moscú.