WASHINGTON
AP
Una escuela islámica de California quería mantener la mente abierta antes de que Donald Trump asumiera la presidencia de Estados Unidos. Pero menos de un mes después de la investidura, el centro rechazó 800 mil dólares en fondos federales dirigidos a combatir el extremismo violento.
La junta de la escuela de graduado Bayan Claremont decidió anoche rechazar el dinero —una suma que cubriría más de la mitad de su presupuesto anual— tras semanas de debates y noches en vela. Muchos en la junta creían que la retórica de Trump, que se centra de forma específica en el extremismo cuando es de carácter islámico, así como sus restricciones migratorias, que afectan a países de mayoría musulmana, habían llegado demasiado lejos.
La escuela se convirtió en la cuarta organización en todo el país que ha rechazado el dinero desde que Trump asumió el cargo. Las donaciones forman parte de un programa creado durante el mandato del expresidente Barack Obama conocido como CVE (siglas en inglés de contrarrestar el extremismo violento), que según las autoridades pretende hacer frente a la capacidad de los grupos extremistas de reclutar a futuros terroristas.
Bayan Claremont había recibido la segunda donación más grande, una de las primeras 31 subvenciones federales que el CVE asignaba a organizaciones, escuelas y localidades en los últimos días del gobierno de Obama. La escuela confiaba en emplear el dinero para ayudar a crear una nueva generación de líderes comunitarios musulmanes, con 250 mil dólares destinados a más de una docena de organizaciones locales sin fines de lucro que hacen labores sociales.
Pero el presidente fundador de la escuela, Jihad Turk, dijo que los directivos habían concluido que aceptar el dinero haría más daño que bien.
Es «un montón de dinero, (pero) nuestra misión y nuestra visión es servir a la comunidad y llevar a la comunidad a una posición de excelencia», dijo Turk. «Y si estamos comprometidos, aunque sólo sea en apariencia en términos de nuestra posición en la comunidad, al final no podemos alcanzar ese objetivo», dijo, añadiendo que aceptar el dinero sería cortoplacista.
El debate interno de la escuela es un ejemplo de la angustia registrada en organizaciones de bases y sin fines de lucro implicadas en el programa en las últimas semanas.
En la Unity Productions Foundation de Potomac Falls, Virginia, los responsables dijeron que rechazarían una subvención de 396 mil 585 dólares para producir películas educativas que cuestionaran los mensajes en apoyo del extremismo violento y las ideologías extremistas «debido a los cambios traídos por el nuevo gobierno», según un mensaje privado a los donantes de la fundación al que tuvo acceso The Associated Press.
Y en Dearborn, Michigan, el grupo Leaders Advancing and Helping Communities dijo la semana pasada que rechazaría 500 mil dólares destinados a desarrollo de jóvenes y programas de salud pública debido al «actual clima político».