FILE - In this Jan. 11, 2017 file photo, Secretary of State-designate Rex Tillerson testifies on Capitol Hill in Washington at his confirmation hearing before the Senate Foreign Relations Committee. Some of President-elect Donald Trump’s most important Cabinet choices are at odds with him on matters that were dear to his heart as a campaigner and central to his promises to supporters. For the Pentagon, the CIA, the State Department and more, Trump has picked people who publicly disagree with him on some cornerstones of his agenda In confirmation hearings. (AP Photo/Steve Helber, File)

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Rex Tillerson, ex jefe de ExxonMobil, fue confirmado hoy como secretario de Estado norteamericano por el Senado de Estados Unidos. Recibió 56 votos a favor y 43 en contra. Y aunque cuatro senadores demócratas votaron junto a los republicanos, su confirmación como jefe de la diplomacia estadounidense es una de las que más oposición han tenido en las últimas décadas.

El texano de 64 años sucede en el puesto al demócrata John Kerry (2013-2017) bajo la sombra de un conflicto de interés por su pasado al frente de la petrolera, con intereses en decenas de países, y por su cercanía al presidente ruso, Vladimir Putin.

Las audiencias de confirmación en el Senado estuvieron marcadas sobre todo por su relación con Putin, a quien Barack Obama acusó directamente de estar detrás de los ataques cibernéticos que sufrió el Partido Demócrata durante la campaña electoral y que habrían tenido como objetivo favorecer la victoria de Donald Trump.

Rusia es «claramente un adversario hostil», dijo Tillerson a los senadores, aunque evitó arremeter directamente contra Putin, con el que en 2011 negoció un acuerdo energético que está en suspenso por las sanciones que Obama impuso en 2014 a Moscú por la anexión de Crimea. En 2013, Putin le concedió la Orden de la Amistad, una de las máximas distinciones que Rusia da a ciudadanos extranjeros.

Según informó la Casa Blanca, Trump y el nuevo secretario de Estado almorzaron hoy juntos en la residencia de la Avenida Pensilvania apenas un par de horas antes de la confirmación en el Senado.

El ex CEO de ExxonMobil carece de experiencia en el servicio público: su carrera profesional estuvo vinculada a la petrolera durante décadas y no ha tenido cargos en ejecutivos, legislativos ni ha prestado servicio militar. Pero los más de 40 años en la novena compañía del país, según Forbes, le otorgan experiencia en las relaciones diplomáticas internacionales.

Tillerson empezó a trabajar en la petrolera en los años 70. En 2004 asumió la presidencia y la dirección y en 2006 se convirtió en CEO.

Ahora será el rostro de Estados Unidos ante un mundo en el que aliados históricos critican al presidente Trump por las políticas y los giros que está dando desde su llegada a la Casa Blanca, el 20 de enero, entre ellos la crisis diplomática abierta con México por el muro que quiere en la frontera común.

«México es un viejo amigo y vecino de este país», dijo Tillerson en las audiencias en el Senado.

Aunque el nuevo secretario de Estado no se ha expresado aún extensamente sobre cómo conducirá las relaciones exteriores, su visión es más convencional que la de Trump, al que no apoyó inicialmente en su carrera a la Casa Blanca. Tillerson respaldó entonces al también texano Jeb Bush, ex gobernador de Florida.

De momento no se le conoce una toma de posición sobre Siria, Cercano Oriente, el terrorismo internacional o las relaciones con China.

También es una incógnita su actuación con Venezuela, donde en 2007 se negó a plegarse a las exigencias de Hugo Chávez y vio cómo el entonces presidente del país latinoamericano nacionalizaba activos de ExxonMobil por valor de 10.000 millones de dólares.

Durante las audiencias en el Senado dijo quere buscar una «transición demócratica negociada en Venezuela» en cooperación con países como Brasil y Colombia, pero también que seguirá apoyando el diálogo entre el Gobieno de Nicolás Maduro y la oposición.

Sobre Cuba aseguró apoyar el embargo, pero no defendió la posibilidad de revertir la apertura de Obama.

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