Filipino men are rounded up and have zip ties on their wrists following a police raid at an alleged drug den as part of the continuing "War on Drugs" campaign of Philippine President Rodrigo Duterte near the Payatas dumpsite in suburban Quezon city, north of Manila, Philippines on Wednesday, Oct. 5, 2016. Duterte has told U.S. President Barack Obama "you can go to hell" in a recent speech that was his strongest tirade so far against the U.S. over its criticism of his deadly anti-drug campaign, adding that he may eventually decide to "break up with America." (AP Photo/Aaron Favila)

MANILA
AP

La mayoría de los miles de asesinatos de sospechosos en la campaña antidroga del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, parecen ser «ejecuciones extrajudiciales» y podrían constituir crímenes contra la humanidad, dijo Amnistía Internacional.

El grupo de defensa de los derechos humanos, con sede en Londres, instó hoy al gobierno de Duterte a adoptar un enfoque que respete los derechos fundamentales en su lucha contra las drogas y la delincuencia. Además, pidió a la policía y al poder judicial que garanticen que se depurarán responsabilidades y se procesará a los agentes implicados en presuntos asesinatos ilegales.

Luego de investigar la muerte de 59 personas y entrevistar a 110 testigos -incluyendo familiares de las víctimas, drogadictos, agentes de policía e incluso sicarios- entre noviembre y diciembre, Amnistía concluyó que «la amplia mayoría de estos decesos parecen haber sido ejecuciones extrajudiciales».

Amnistía dijo estar «profundamente preocupada por que los asesinatos deliberados y extendidos de supuestos delincuentes por drogas, que parecen ser sistemáticos, planeados y organizados por las autoridades, puedan constituir crímenes contra la humanidad».

El gobierno filipino no reaccionó de inmediato al reporte, pero Duterte, un abogado y exfiscal, ha defendido su campaña antidrogas y dice que él y sus principales cargos policiales han autorizado a los agentes a disparar solo cuando se vean amenazados por sospechosos.

Las muertos de al menos 35 agentes y tres soldados demuestran que los presuntos delincuentes opusieron resistencia durante las redadas, según la policía.

Duterte asumió el poder en junio, y desde entonces más de 7.000 sospechosos han sido asesinados, muchos de ellos en enfrentamientos con la policía. Esto supone una media de 34 decesos al día, según Amnistía.

Artículo anteriorConflictos por desalojo de asentamiento israelí de Amona
Artículo siguiente¿Es el PP el mejor ejemplo de lo que son los partidos políticos en Guatemala?