Washington
AGENCIA/dpa
Poco después de tomar posesión como Presidente número 45 de Estados Unidos, Donald Trump cumplió su promesa electoral y emprendió los primeros pasos para acabar con el «Obamacare», la reforma sanitaria de su predecesor.
Ayer en la tarde, Trump ordenó «aligerar las cargas del Obamacare», lo que significa que administraciones estatales como el Departamento de Sanidad tendrán capacidad para retirar reglamentos con rango de ley o aprobar excepciones.
Según informa hoy The Washington Post citando a expertos, esto podría tener como consecuencia retirar las multas a quienes no pagan el seguro total obligatorio. Esto, en la práctica, abriría el camino para acabar con la participación obligatoria en el sistema.
Sin embargo, la obligatoriedad del seguro es clave para las aseguradoras, porque éstas sólo pueden ofrecer tarifas asequibles si contribuye el mayor número de personas posibles. «Probablemente se produzca un caos en el mercado», dijo Larry Lewis, de la aseguradora Kaiser, al diario.
La reforma está considerada uno de los grandes hitos de la Presidencia de Barack Obama. En su decreto de apenas unos párrafos, Trump sólo instó a las autoridades a utilizar todos los vacíos legales disponibles para aliviar a los estados, particulares y aseguradoras de «cargas financieras indeseadas» y «minimizar» las instituciones médicas.
Según el portavoz de Trump Sean Spicer, esto será una solución de transición hasta que el «Obamacare» pueda derogarse y sustituirse por una nueva ley. Aunque esto se considera difícil: muchos expertos opinan que dentro del Partido Republicano apenas hay propuestas. Trump sólo ha hablado hasta ahora de una «reforma grandiosa para todos los estadounidenses», sin dar detalles.
La derogación de la reforma sanitaria de Obama era una de las principales promesas de Trump y de los republicanos. Sin embargo, dentro del partido no hay una única voz al respecto. Hay muchos republicanos que no quieren el fin del «Obamacare» sino se pone en marcha de inmediato una nueva reforma, pues esto podría desencadenar consecuencias trágicas para pacientes que de pronto tuvieran que asumir los costes de una operación.
Además, muchos diputados temen una pérdida de popularidad en sus distritos, pues muchos votantes conservadores también se benefician de las ayudas financieras del «Obamacare» para quienes tienen menos ingresos.