Moscú
DPA
Rusia espera un nuevo comienzo de las relaciones bilaterales con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, que jurará el cargo el próximo viernes, señaló el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, durante su rueda de prensa anual en Moscú.
Lavrov alistó hoy una serie de campos en los que quiere dialogar con el nuevo gobierno, desde la guerra contra el terrorismo hasta la estabilidad estratégica, pasando por Siria.
«Donald Trump quiere que todos los países sean responsables de su propio desarrollo, coincidiendo con nuestro punto de vista», dijo Lavrov, aunque desmintió que poco después de la investidura del nuevo presidente esté previsto ya un encuentro con el jefe del Kremlin, Vladimir Putin.
Lavrov aprovechó la rueda de prensa para volver a negar su implicación en los ciberataques en Estados Unidos y consideró que los temores de que su país realice hackeos para influir en las elecciones de este año en Europa, entre otros en Alemania, no están justificados.
«No tengo por qué demostrar que eso no es cierto. Creo que tanto en Alemania como en muchos otros países impera la presunción de inocencia. Son ellos los que deben probarlo», añadió.
Todas las presuntas pruebas aportadas hasta ahora para demostrar que Rusia es responsable de ese tipo de ataques, por ejemplo durante la campaña electoral en Estados Unidos, fueron «sacadas de la manga».
Lavrov insistió en que el terrorismo fue la mayor amenaza para el mundo el año pasado y espera poder cooperar con el nuevo presidente Trump para combatirlo, sobre todo en Siria. «Si Trump dice que para él la guerra contra el terrorismo tiene prioridad sólo podemos saludarlo».
Además, Lavrov invitó al Gobierno de Trump a unirse a las conversaciones de paz sirias que comenzarán el 23 de enero en Astaná, en Kazajstán. Rusia y Turquía, que apoyan a partes rivales en la guerra civil siria, organizaron las conversaciones de paz entre el Gobierno sirio y los grupos rebeldes.
El presidente saliente Barack Obama poco ha contribuido a ello aparte de las palabras, dijo Lavrov.
Con Obama el sistema de estabilidad estratégico quedó dañado, aseguró Lavrov, que citó como ejemplos la defensa antimisiles de la OTAN en el este de Europa y el desarrollo de nuevos misiles intercontinentales, que aunque no tienen capacidad nuclear suponen un elemento de inseguridad estratégica.