Río de Janeiro
DPA
Una serie de reyertas y motines han dejado más de 120 muertos desde que comenzó el año en las prisiones de Brasil, en una crisis carcelaria sin precedentes en el país sudamericano.
Éstas son las revueltas y matanzas ocurridas hasta hoy, la mayoría de ellas supuestamente vinculada a disputas entre bandas criminales por el control del narcotráfico:
MASACRE EN MANAOS
Una pelea entre presos deja 56 muertos entre el día de Año Nuevo y el 2 de enero en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj), ubicado en una zona rural de Manaos, en el estado de Amazonas. La peor masacre en lo que va del año se atribuye a un ataque de la banda Família do Norte (FDN), que opera en esa región, contra integrantes del “Primeiro Comando da Capital (PCC)”, de Sao Paulo.
SEGUNDA REVUELTA EN MANAOS
Cuatro presos mueren en un segundo motín ocurrido en las afueras de Manaos el 2 de enero, esta vez en la Unidad Prisional do Puraquequara (UPP). Las autoridades creen que este y otros levantamientos debían servir como cortina de humo al ajuste de cuentas en el Compaj.
PATOS
Dos presos son asesinados el 4 de enero en un motín en la ciudad de Patos, en el nororiental estado de Paraíba. Las autoridades hablan de un posible enfrentamiento entre bandas.
BOA VISTA
33 personas mueren el 6 de enero la segunda peor matanza de 2017, ocurrida esta vez en una cárcel de Boa Vista, en el estado de Roraima. Las causas de la masacre están aún bajo investigación, aunque las autoridades regionales apuntan a líderes del PCC como responsables.
TERCERA REVUELTA EN MANAOS
Un nuevo motín deja al menos cuatro muertos en una prisión ubicada en el centro de Manaos el 8 de enero. La cárcel pública Raimundo Vidal Pessoa había sido reactivada especialmente para acoger a presos del Compaj y otros penales de la región a los que las autoridades veían en peligro.
SAO PAULO
Dos presos mueren en una pelea entre internos el 13 de enero en una prisión paulista. La Policía considera que el incidente no está ligado a la guerra de bandas.
NATAL
Al menos 26 presos mueren entre el 14 y el 15 de enero en la última reyerta entre presos, esta vez en la ciudad de Natal, en el estado Rio Grande do Norte. Las primeras investigaciones también apuntan al PCC.
