Basilea
DPA

La comunidad internacional necesita desplegar inmediatamente una fuerza de protección regional de 4.000 hombres en Sudán del Sur para impedir que se produzca un genocidio como el de Ruanda, advirtió hoy en Ginebra la responsable de la comisión de la ONU sobre Derechos Humanos en Sudán del Sur, Yasmin Sooka.

«Sudán del Sur está al borde de una guerra civil étnica que podría desestabilizar toda la región», insistió Sooka en una reunión de emergencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en la ciudad suiza.

Sooka, que visitó Sudán del Sur con otros dos expertos recientemente, se refería al genocidio de unos 800.000 tutsis y hutus moderados a manos de extremistas hutus en 1994.

La fuerza regional prevista, que ha sido autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, reforzará la misión de paz de la ONU en Sudán del Sur, integrada por 13.500 efectivos.

La joven nación africana ha estado al borde de un conflicto civil desde la ruptura entre el presidente Salva Kiir y el que fuera su «número dos», Riek Machar. El enfrentamiento se agravó y pasó a ser armado en diciembre de 2013. Desde entonces, decenas de miles de personas han muerto y hay tres millones de personas que se han visto obligadas a huir de la violencia.

Los conflictos se están extendiendo a regiones que antes eran pacíficas, dijo Sooka, que informó de crecientes tensiones étnicas y polarización. En algunas áreas ya parece que hay en marcha «un proceso firme de limpieza étnica».

La experta de la ONU subrayó el amplio uso de la violación como arma de guerra y de conflicto étnico, describió los niveles de violaciones en grupo de «épicos». «Para ser francos, se nos agotan los adjetivos para describir el horror», sentenció.

En los campamentos de la ONU en la capital, Juba, el 70 por ciento de las mujeres han sido violadas desde que el conflicto estalló y la mayoría de ellas por policías o soldados, dijo Sooka. Algunas fueron violadas estando a la vista de los soldados de la fuerza de paz de la ONU, agregó.

Sooka pidió una investigación exhaustiva de las violaciones de los derechos humanos para conseguir pruebas de cara a futuras peticiones de responsabilidades.

El delegado de Sudán del Sur en la comisión, Kuol Alor Kuol Arop, dijo que la delegación de su país participará en la labor del Consejo de Derechos Humanos.

El Gobierno y los insurgentes han sido acusados de estar impidiendo la labor de las agencias humanitarias, que están tratando de ayudar a las víctimas. La organización Consejo de Refugiados Noruego (NRC) dijo hoy que dos de sus miembros han sido expulsados del país en menos de una semana. Las expulsiones se han realizado sin que se dé explicación alguna a la organización.

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Sudán del Sur condenó la expulsión de los empleados de la organización y señaló que se trata del «último de los preocupantes incidentes que caracterizan la situación crecientemente desafiante en Sudán del Sur».

Tan sólo en noviembre, la OCHA recibió 66 informes de incidentes que afectaron a personal humanitario o sus bienes, según el comunicado.

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