La Habana
DPA

Después de la muerte del ex presidente cubano Fidel Castro, la oposición se enfrenta a un nuevo escenario político fragmentado en múltiples y pequeños grupos que tienen la necesidad de crecer en influencia en la sociedad cubana.

La disidencia de la «vieja guardia» está nucleada entorno al «Grupo de los 75», los opositores que fueron condenados en 2003 bajo la acusación de «conspirar con Estados Unidos en contra de la independencia del Estado».

Pero entre 2010 y 2011, la mayor parte de la disidencia fue excarcelada gracias a negociaciones a tres bandas entre el Gobierno de Raúl Castro, el entonces presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y la Iglesia católica. El Vaticano, en tanto, ganó espacio como un negociador en la sombra con el Gobierno cubano.

Pero aquellas liberaciones, que se dieron bajo la condición de salir del país, generaron algunas discrepancias dentro de la propia disidencia en torno a esta exigencia de exilio tras la liberación.

La mayoría de los que viajaron a España terminó protestando contra el propio Gobierno español cuando se acabaron las ayudas de inserción en el nuevo país. Muchos continuaron camino hacia Estados Unidos.

La agrupación Damas de Blanco, creada como apoyo a los presos del «Grupo de los 75», se mantuvo activa a pesar de las liberaciones de sus familiares y continuó concentrándose los domingos en la Iglesia de Santa Rita de La Habana.

Mientras, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), que lidera Elizardo Sánchez, realiza todos los meses un informe sobre el número de presos políticos en el país.

En 2003, el Gobierno cubano reveló que Sánchez era realmente un agente de la Seguridad del Estado y para su acusación difundió a la prensa un video con imágenes para generar sospechas.

El opositor rechazó las acusaciones, pero aquellas imágenes generaron dudas en algunas delegaciones diplomáticas y entre la prensa extranjera sobre su papel real.

La tónica es la falta de un referente claro, entre los varios grupos opositores, sobre todo luego de que en junio de 2012 falleciera en un accidente de tráfico Oswaldo Payá, que era el coordinador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y un reconocido disidente a nivel internacional.

Payá fue el promotor del llamado «Proyecto Varela», con el que en 1998 recogió firmas para pedir un referendo constitucional para pedir cambios políticos en la isla. Por ello fue reconocido con el Premio Sájarov del Parlamento Europeo.

Ante la imposibilidad de manifestarse en las calles, las nuevas tecnologías han abierto otras formas de activismo y ahora la disidencia quiere dar la batalla también en las redes sociales y la blogosfera.

La más mediática es Yoani Sánchez, autora del blog «Generación Y», por el que fue reconocida con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital. En 2008 fue incluida por la revista «Times» en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo.

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