Karlsruhe
AP

El Tribunal Federal Supremo de Alemania (BGH) condenó hoy en última instancia al nonagenario Oskar Gröning, conocido como el «contable de Auschwitz», por un delito de complicidad en el asesinato masivo en un campo de exterminio nazi.

Con el fallo, la justicia germana confirma la condena impuesta en el mes de julio de 2015 por la audiencia de Lunebugo al anciano de 95 años por colaboración en la muerte de 300 mil personas.

Los demandantes valoraron de forma muy positiva la sentencia apuntando que supone una «importante corrección a la jurisprudencia previa».

«Cuando era joven, en el cumplimiento general de sus tareas en Auschwitz, prestó ayuda a las personas que dirigían el Estado y a las SS», señala el fallo emitido hoy por el BGH. Durante su comparecencia ante el juez, Gröning admitió haberse incautado del dinero de los judíos deportados al campo de concentración y exterminio de Auschwitz y de haber vigilado la llegada de los transportes al complejo.

El Tribunal, que consideró que su participación era un eslabón necesario para hacer funcionar la maquinaria de exterminio nacionalsocialista, condenó al nonagenario setenta años después del Holocausto por colaboración en el asesinato de cientos de miles de personas, sin que el acusado estuviese directamente relacionado con las muertes.

El nonagenario presentó en el aquel momento un recurso en contra.

Por el momento, no obstante, está por ver si el acusado ingresa en prisión. Esta es una cuestión que depende de su estado de salud.

Desde el Comité Internacional de Auschwitz valoraron el fallo judicial como una «señal de acción prolongada» también para futuros procesos de genocidio.

No obstante, también destacaron que la sentencia también pone de manifiesto que «en Alemania la mayoría de los malhechores de Auschwitz salieron airosos porque durante décadas no se quiso ver la estructura asesina y pérfida de los campos de exterminio», según indicó el vicepresidente ejecutivo del Comité, Christoph Heubner.

«Sólo ahora ha quedado finalmente claro que quien ha colaborado en Auschwitz, también es corresponsable y tiene parte de culpa», agregó.

Durante décadas, las personas que colaboraron de forma indirecta en asesinatos masivos no fueron sentadas ante la justicia.

El cambio de enfoque judicial, que permitió llevar ante el juez a quienes cooperaron con la maquinaria de exterminio nazi, vino propiciado por la condena de John Demjanjuk a cinco años de prisión en 2011 por complicidad en más de 28.000 asesinatos en el campo de exterminio de Sobibor.

Hasta entonces las Fiscalías alemanas sólo presentaban demandas contra aquellos sobre los que podían demostrar una participación directa en los delitos, debido a una sentencia de 1969 de la Corte Suprema de Alemania que sostenía que no todo aquel que estuvo involucrado en la maquinaria asesina de los campos de concentración podía ser responsabilizado por todo lo que ocurrió dentro.

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