Nueva York
DPA
Cambio climático, torturas, escándalo por los emails… si se buscan los cambios de postura de Donald Trump desde su victoria en las elecciones del 8 de noviembre, puede hablarse de un giro de 180 grados en muchos temas.
El presidente electo estadounidense sorprendió ayer con respuestas suaves durante una larga entrevista en la que se sometió a las preguntas de profesionales del diario The New York Times.
Trump parecía esforzarse mucho en suavizar sus controvertidas declaraciones de campaña. Los periodistas del diario fueron testigos del afán del político, de 71 años, de gustar a su público.
Trump fue muy vago en el contenido de sus respuestas. Sólo queda esperar al 20 de enero, cuando asumirá el cargo, para ver qué queda de sus promesas y cuáles de ellas son factibles.
TORTURA: DE LA DEFENSA AL CUESTIONAMIENTO DEL WATERBOARDING
Trump dijo en varias ocasiones este año que recuperaría el «waterboarding», un método de tortura que consiste en simular el ahogamiento de una persona, entre «otras muchas cosas peores». En febrero defendió que la tortura funciona como método de interrogatorio. El ahogamiento simulado fue una controvertida práctica utilizada por la CIA para interrogar a los sospechosos de terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Ahora está prohibida.
En la entrevista de la víspera, sin embargo, Trump dijo haber cambiado su postura tras mantener una conversación con el general de cuatro estrellas jubilado James Mattis, que podría ser el próximo Secretario de Defensa. Mattis le dijo que no consideraba que tuvieran sentido ese tipo de métodos, dijo Trump. La tortura no es tan decisiva como mucha gente esperaría, aseguró.
CLIMA: DE LA RETIRADA AL ESTUDIO DEL ACUERDO DE PARÍS
El magnate ha cuestionado en muchas ocasiones la existencia de un cambio climático provocado por el hombre. En 2012 aseguró que el concepto de calentamiento global fue inventado por los chinos para dañar la competitividad de la industria estadounidense y durante la campaña electoral prometió dar marcha atrás del Acuerdo de París.
Pero ahora Trump parece mucho más contenido. A la pregunta de si Estados Unidos se retirará del acuerdo climático internacional durante su presidencia, respondió: «Lo estudiaré al detalle. Estoy totalmente abierto». Sin embargo, reconoció que podría haber una relación entre el cambio climático y la influencia del hombre, aunque habría que ver en qué medida, dijo.
SUS ANTIGUOS COMPETIDORES: DEL ATAQUE AL RESPETO
En numerosas ocasiones el candidato Trump dijo que la candidata demócrata Hillary Clinton no debería haber concurrido a la presidencia. Y muchas veces acusó a Hillary de ser un fraude. Y si en algún momento de sus discursos de campaña salía a relucir su nombre, la reacción de sus seguidores era casi inmediata: «¡Enciérrenla!». En un debate de televisión prometió que nombraría a un investigador especial para volver a investigar el escándalo por los emails de Clinton.
Sin embargo, ahora parece que no quiere saber nada más de eso. Al parecer ya no tiene interés en impulsar las investigaciones contra Clinton, ya que prefería mirar hacia adelante. «No quiero herir a los Clinton. Realmente no quiero», dijo el político de 70 años. Hillary «ha pasado muchos malos ratos y ha sufrido mucho de formas muy diferentes».
También para el presidente saliente Barack Obama, Trump sólo tuvo buenas palabras. Su encuentro en la Casa Blanca fue maravilloso, aseguró. «Realmente me gusta mucho». Antes del 8 de noviembre, Trump lo había acusado continuamente de ser un presidente débil y se había burlado de su política.
COMERCIO: LA PROMESA CUMPLIDA
Trump lanzó numerosos ataques contra los tratados de comercio internacionales, lo que le valió un gran respaldo en el noreste de Estados Unidos, una zona industrial antes floreciente y ahora afectada por la crisis económica, conocida como el cinturón del óxido.
En un mensaje de video anunció ahora su intención de abandonar el acuerdo transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y lo hará mediante un decreto presidencial. El acuerdo de libre comercio ha sido ratificado por doce países, incluyendo Estados Unidos, pero aún no ha entrado en vigor.
