Yuba
DPA
Tres millones de ciudadanos de Sudán del Sur se encuentran desplazados, tras huir de la violencia en el país inmerso en una lucha de poder, informó hoy la organización de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De ellos, unos 1,9 millones de sudaneses del sur buscaron refugio en otras partes del país, mientras 1,1 millones lo hicieron en otros países. Se trata, según la OCHA, de unos 200.000 más que la última estimación de la ONU a comienzos de noviembre.
La violencia en Sudán del Sur se reanudó en julio. Desde entonces, apenas se combate abiertamente, pero se producen continuos enfrentamientos violentos.
Desde entonces, cada día llegan a Uganda nuevos refugiados. El país del este africano ya alberga a 500.000 sursudaneses. También Etiopía y Sudán albergan a 250.000 cada uno.
La guerra civil en Sudán del Sur resultó de una lucha de poder entre el presidente Salva Kiir y su antiguo vicepresidente Riek Machar a finales de 2013, dejando decenas de miles de muertos. La ONU alertó recientemente del riesgo de genocidio en el país oriental.
Las partes firmaron un acuerdo de paz en agosto de 2015 y formaron un Gobierno de unidad en abril, pero ello no detuvo los combates.
Mientras tanto, el líder rebelde fue brevemente detenido hoy en el aeropuerto de Adís Abeba, la capital de Etiopía, informó un portavoz de los rebeldes. Machar volvía de Sudáfrica, donde estuvo desde el día 12 de octubre.
Las autoridades etíopes creyeron que se dirigía al cuartel rebelde en Pagak, en el lado sursudanés de la frontera, y le negaron permiso para viajar, señaló el portavoz. Pero al final no se dirigía allí, añadió. Las autoridades etíopes no comentaron lo ocurrido.
Machar estaba siendo tratado en Sudáfrica de una herida en la pierna sufrida cuando huía de los combates entre sus tropas y el Ejército de Sudán del Sur en Yuba el pasado julio. Primero huyó a Congo y después se trasladó a Jartum, la capital de Sudán.
TROPAS DE PAZ JAPONESAS LLEGAN EN MISIÓN DE LA ONU
Fuerzas de paz japonesa con un mandato más amplio que les permite usar la fuerza llegaron el lunes a Sudán del Sur, en el primer despliegue extranjero de tropas niponas con esa competencia ampliada en casi 70 años.
Los 350 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa sustituirán a un contingente de cascos azules japoneses que servían en la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur pero no tenían un mandato de uso de la fuerza. Las nuevas tropas se encargarán de tareas de ingeniería y construcción en la capital del país, Yuba.
Por primera vez desde el final de la II Guerra Mundial, cuando Japón aprobó una ley que consagraba el carácter pacifista de sus fuerzas armadas, estas tropas de paz tendrán la capacidad de emplear la fuerza para defender a civiles, a personal de Naciones Unidas o a sí mismos.
El despliegue indica la creciente confianza de Japón en sus Fuerzas de Autodefensa, según expertos.