MOSCÚ
AP

Treinta miembros de un grupo sirio vinculado a Al Qaeda, incluidos algunos de sus líderes, murieron esta semana en un ataque aéreo ruso en Siria, según dijo hoy el ejército de Moscú.

El comunicado ruso coincide con una nueva ofensiva aérea esta semana en el castigado país. La sitiada zona rebelde de Alepo enfrenta su tercer día consecutivo de fuertes bombardeos por parte de las fuerzas del presidente sirio, Bashar Assad.

Los rusos, que anunciaron su nueva operación en Siria esta semana, negaron estar atacando el enclave rebelde. Al menos 59 personas fueron asesinadas en el norte del país en los dos primeros días de la campaña, incluyendo en los barrios cercados de Alepo, el campo colindante y la cercana provincia rebelde de Idlib.

El bombardeo tuvo lugar el martes en la provincia de Idlib, en el norte de Siria, indicó el mayor general Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa. El ataque se lanzó desde un portaaviones ruso en el Mediterráneo y atacó al grupo vinculado a Al Qaeda que ahora se identifica como Frente Fatah al-Sham.

El ataque fue el debut en combate del Almirante Kuznetsov, el único portaaviones ruso. Informes rusos de inteligencia han confirmado que tres miembros importantes de la milicia — Muhammad Helala, Abu Jaber Harmuja y Abul Baha Al-Asfari — estaban entre los muertos en la operación, dijo Konashenkov. Al-Asfari había supervisado los intentos del grupo para romper el sitio de Alepo, agregó.

Rusia dijo que sus ataques aéreos y misiles sobre las provincias de Idlib y Homs, en el centro del país, buscan expulsar a los extremistas vinculados al grupo Estado Islámico y a la formación relacionada con Al Qaeda.

Mientras, aviones de guerra sirios han bombardeado los distritos rebeldes de Alepo, donde viven casi 275 mil personas.

El miércoles, las bombas alcanzaron un barrio de Alepo con varias instalaciones médicas, incluyendo el principal banco de sangre, y obligaron al personal y a los pacientes del único hospital pediátrico que queda abierto a ponerse a cubierto en el sótano mientras los edificios colindantes colapsaban en torno a ellos.

La ofensiva rusa se produjo horas después de que el presidente del país, Vladimir Putin, y el futuro mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, hablaron sobre Siria en una llamada telefónica y se mostraran de acuerdo en la necesidad de combinar esfuerzos en la lucha contra lo que el Kremlin considera su primer enemigo: el terrorismo y extremismo internacional.

La filial siria de Al Qaeda combate junto a los rebeldes, pero la milicia radical EI no tiene presencia en Alepo.

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