Managua
DPA
El Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua informó que todo está listo para los comicios presidenciales y legislativos de mañana, pese a las demandas de suspensión presentadas por fuerzas opositoras excluidas de la contienda, en la que el presidente Daniel Ortega se perfila como seguro vencedor.
De acuerdo con el presidente del CSE, Roberto Rivas, unos 3.8 millones de adultos mayores de 16 años están habilitados para votar y elegir un presidente, un vicepresidente, 90 diputados de la Asamblea Nacional y 20 del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El padrón real supera en casi un millón de ciudadanos al de la anterior elección presidencial (2011) debido al alto porcentaje de población joven en este país, el segundo más pobre de América Latina después de Haití, según han explicado las autoridades.
Durante la jornada, el CSE abrirá 14 mil 581 Juntas Receptoras de Votos (JRV) en 4 mil 308 centros de votación instalados en los 153 municipios de Nicaragua. Un total de 7 mil 624 JRV funcionarán en el área urbana y 6 mil 957 en la rural, separadas éstas por una distancia máxima de cinco kilómetros.
El Ejército anunció que movilizará unos 10 mil efectivos y utilizará 300 medios aéreos, navales y terrestres, mientras que la Policía desplegará 13 mil agentes profesionales y 30 mil 600 policías electorales que resguardarán calles, carreteras y centros de votación.
Si bien los jefes militares del país no auguran disturbios, los opositores excluidos de la campaña han llamado a la población a no votar e instaron a sus activistas a salir a las calles a «movilizarse activamente» contra lo que califican como «un circo» y «una farsa electoral».
El mandatario Daniel Ortega, de casi 71 años, líder del gobernante Frente Sandinista que dirigió la revolución (1979-1990), figura en las últimas encuestas como seguro ganador con un 69.8 por ciento de los votos, frente a sus rivales de cinco partidos desconocidos que apenas obtendrían juntos menos del 10 por ciento.
Tras excluir de la campaña a la Coalición Nacional Opositora (CND) y destituir a sus 28 diputados del Parlamento, el Gobierno prohibió la presencia de observadores independientes en los comicios, en los que Ortega aspira reelegirse e iniciar un cuarto mandato presidencial a partir de 2017, junto a su esposa Rosario Murillo en el cargo de vicepresidenta.
Con la consigna de «No boto mi voto», los líderes de la oposición apuestan a que una parte del electorado no acuda a las urnas, pero según los sondeos divulgados por el Gobierno el abstencionismo sería inferior al 23 por ciento de la población apta para votar.
Ante los reclamos opositores, el Gobierno anunció la instalación de una «mesa de conversación e intercambio constructivo» con la Organización de Estados Americanos (OEA), que anunció el envío de una misión a Managua del 5 al 7 de noviembre, aunque aclarando que «no observarán» las votaciones.
En julio pasado, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recibió a líderes de la oposición nicaragüense que le pidieron apoyar sus reclamos para suspender el proceso y convocar a nuevas elecciones «transparentes y justas».