CALAIS, Francia
AP

Las excavadoras empezaron a demoler hoy el asentamiento migrante en la ciudad portuaria francesa de Calais, un día después de que las llamas lo consumieron; las autoridades lo dieron por desalojado y culminó una evacuación masiva.

Casi 6 mil personas se dirigían a distintos centros de acogida en Francia o se alojaban en contenedores con calefacción no afectados por las llamas. Pero un número incalculable de migrantes quedaron atrás, algunos aferrados a llegar a territorio británico, otros aparentemente porque no llegaron a tiempo a los transportes.

Según la prefecta Fabienne Buccio, principal funcionaria regional, los que aún permanecían en el lugar venían de otras partes con la esperanza de aprovechar la oferta francesa de dar refugio a solicitantes de asilo.

La operación para liberar a Calais de la plaga humanitaria que la aquejaba desde que apareció el campamento «la jungla» hace 18 meses debía durar una semana. Pero decenas de incendios en el campamento la redujeron a tres días, y decenas de migrantes quedaron varados en los caminos.

Buccio dijo hoy que varios agentes irían al campo en busca de migrantes que permanecían en el campamento «y los acogeremos».

Agregó que los migrantes congregados en torno del centro de procesamiento llegaron desde París e incluso de Alemania para aprovechar la mano tendida por Francia, pero que solo los residentes del campamento estaban habilitados.

Cientos de autobuses transportaban a miles de migrantes a nuevos hogares temporarios en centros de procesamiento en toda Francia donde pueden solicitar asilo.

«Es muy conmovedor para mí. Es la diferencia entre el día y la noche», dijo Mohamed Ahmet, un migrante sudanés al arribar a su nuevo hogar en Estrasburgo, donde lo aguardaba gente para recibirlo. «Me reciben muy bien. Me siento feliz».

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