BEIJING
AP
Filipinas se «separará» de Estados Unidos, afirmó ayer el presidente Rodrigo Duterte luego de otorgar una importante victoria diplomática a China al acordar reanudar el diálogo sobre su disputa territorial respecto al Mar de la China Meridional tras meses de fricciones.
El acercamiento entre los dos países asiáticos podría ampliar una desavenencia política entre Estados Unidos y las Filipinas, cuyo líder elegido recientemente no ha ocultado su antipatía por la nación americana y ordenó el fin de sus maniobras militares conjuntas.
«Honorables, en este recinto, yo anuncio mi separación de Estados Unidos (…) tanto en lo militar como en lo económico», dijo Duterte al pronunciar un discurso ante un foro económico en Beijing. Sus declaraciones recibieron aplausos, pero el mandatario no dio detalles.
En Washington, John Kirby, vocero del Departamento de Estado, dijo que las declaraciones de Duterte fueron «inexplicablemente divergentes con la muy cercana relación que tenemos con el pueblo filipino así como con el gobierno de allá en muchos niveles diferentes, no sólo desde la perspectiva de seguridad».
Después de conversaciones en Beijing entre Duterte y su homólogo chino Xi Jinping, un alto diplomático chino anunció que ambas partes habían acordado restaurar el rango completo de contactos, aunque señaló que los líderes abordaron sólo brevemente el tema del Mar de la China Meridional.
«Ambas partes acordaron que el asunto del Mar de la China Meridional no es la suma total de la relación bilateral», dijo a reporteros el viceministro de Relaciones Exteriores Liu Zhenmin.
Los dos mandatarios acordaron regresar al enfoque utilizado hace cinco años de buscar un arreglo a través del diálogo bilateral, dijo Liu.








