SANA, Yemen
AP

Un grupo internacional de defensa de los derechos humanos denunció hoy que el bombardeo de la coalición liderada por Arabia Saudí contra un multitudinario funeral en la capital de Yemen, Saná, esta semana constituye un posible crimen de guerra y que los restos de los misiles hallados sobre el terreno tras el ataque mostraron que eran de fabricación estadounidense.

Human Rights Watch (HRW) dijo que un desproporcionado número de víctimas eran civiles. La coalición lanzó dos ataques aéreos el sábado contra el funeral, al que se esperaba asistiesen altos cargos militares y de seguridad. Casi 140 personas fallecieron y más de 600 resultaron heridas.

Se necesita una investigación internacional sobre la «atrocidad», dijo Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Oriente Medio. El incidente se une a la larga lista de abusos cometidos por la coalición, agregó.

Por otra parte, Estados Unidos anunció a primera hora de hoy que lanzó misiles de crucero Tomahawk que destruyeron tres radares costeros ubicados en territorio controlado por los rebeldes chiíes, conocidos como hutíes, en la costa del mar Rojo. La ofensiva es en venganza por dos lanzamientos de proyectiles contra barcos de la Marina de Estados Unidos esta semana.

Los ataques son los primeros disparos efectuados por Estados Unidos contra los hutíes en la larga guerra civil que se libra en Yemen. Washington había proporcionado antes apoyo logístico y repostaje a la coalición saudí que lucha contra los rebeldes chiíes y sus aliados, entre los que hay partidarios del expresidente del país, Ali Abdulá Saleh.

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