Washington
DPA

La campaña del candidato presidencial estadounidense Donald Trump negó rotundamente un artículo según el cual dos mujeres acusan al magnate de haberlas manoseado y besado sin su consentimiento.

_Inter28_1b«Todo el artículo es una ficción», dijo Jason Miller, uno de los portavoces del dirigente republicano, acerca de la información publicada ayer por el «New York Times».

«Para el ‘New York Times’ es muy peligroso publicar una difamación completamente falsa y coordinada contra el señor Trump en un asunto como éste», señala Miller en un comunicado.

La historia «establece un nuevo mínimo (ético) sobre lo que los medios están dispuestos a hacer en sus esfuerzos por influir en estas elecciones», señala Miller.

La historia del periódico cita a Jessica Leeds, de 74 años, que afirma que Trump le tocó los pechos y trató de ponerle la mano sobre la falda durante un vuelo a Nueva York hace más de tres décadas. En aquel momento ella era una empresaria que volaba por negocios y estaba sentada junto al magnate en la cabina de primera clase. Nunca más volvieron a verse.

«Era como un pulpo», dijo Leeds al diario. «Sus manos estaban en todas partes».

Rachel Crooks, que vive en Ohio, relata que con 22 años trabajaba como recepcionista en una empresa inmobiliaria en la Trump Tower en 2005 cuando un día se encontró con el empresario frente a un ascensor.

Después de presentarse con un apretón de manos, asegura que Trump no la soltaba y empezó a besarle las mejillas y luego «directamente en la boca».

Su comportamiento «fue tan inapropiado», señala al «Times» en la entrevista. «Me indignó tanto que pensara que yo era tan insignificante que podía hacer eso».

Ninguna de las dos había informado antes de los incidentes a las autoridades ni hecho públicas sus historias, señala el periódico.

Las acusaciones llegan casi una semana después de que se conociera un video de 2005 que fue filtrado a los medios y en el que Trump se jacta de poder hacer lo que quiera con las mujeres por ser famoso y usa un lenguaje grosero para referirse a sus órganos sexuales.

Sin embargo, en el debate presidencial del domingo pasado con su adversaria Hillary Clinton, Trump subrayó que jamás ha tocado a una mujer sin su consentimiento. La grabación le ha causado mucho daño de imagen incluso dentro de su propio Partido Republicano, en el que varios compañeros censuraron su comportamiento.

Otro diario, el “The Palm Beach Post de Florida”, reportó la noche del miércoles que una mujer aseveró que Trump la manoseó en su propiedad de Mar-a-Lago hace 13 años. La campaña de Trump dijo que esa acusación «carece de cualquier mérito o veracidad».

Y la noche del miércoles, una periodista de la revista People reportó un incidente de 2005 en el que asegura que Trump la besó en contra de su voluntad en Mar-a-Lago. La campaña de Trump afirmó que «No existe mérito o veracidad en esta historia fabricada».

Las historias de las mujeres se presentan menos de una semana después de que se difundiera una grabación de 2005 en la que el candidato republicano presumía de toquetear a las mujeres. Trump se disculpó por sus comentarios, pero también les restó importancia al decir que era «charla de vestidor» y una distracción para la campaña.

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