Berlín
DPA
Los tres refugiados sirios que ayudaron en la detención de su compatriota Yaber al Bakr, sospechoso de planear un atentado en Alemania, se convirtieron hoy en los héroes de la operación policial que mantuvo en vilo al país el fin de semana.
El joven, de nombre Yaber al Bakr, que permanecía huido desde el sábado de su vivienda de Chemnitz, en el este de Alemania, fue detenido en la madrugada del lunes en un apartamento de Leipzig donde tres refugiados sirios lo habían inmovilizado con unos cables alargadores después de darse cuenta de que a quien habían dado cobijo el día anterior era el hombre más buscado en ese momento en el país.
En una entrevista publicada hoy en el diario alemán «Bild», Mohamed A., de 36 años, relató cómo fue el proceso hasta que acudió a la Policía para avisar de que tenían al supuesto terrorista.
Tras huir de su casa, Al Bakr escribió en una comunidad de Internet de refugiados sirios que estaba en la estación central de ferrocarril de Leipzig, ciudad situada a 85 kilómetros de Chemnitz, y que necesitaba alojamiento.
«Condujimos hasta la estación y lo llevamos a casa de un amigo donde comió arroz con cordero. Después fuimos a casa de otro colega donde durmió», comentó Mohamed A.
El domingo, Al Bakr les pidió que le cortaran el pelo. «Yo trabajé un año de peluquero, así que le afeité la cabeza», indicó Mohamed A., que llegó al país huyendo de la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Posteriormente, vieron en Facebook que las autoridades alemanas lo buscaban. Al Bakr nos dijo que acababa de llegar de Siria y que buscaba un trabajo, recordó el refugiado sirio.
Cuando el sospechoso se fue a dormir el domingo por la noche, debatieron con otros sirios en Facebook sobre si era o no el terrorista que buscaban. Cuando ya no tuvieron duda alguna de ello, lo ataron con un cable alargador.
«Nos ofreció 1 mil euros y 200 dólares si lo liberábamos. Los tenía en su mochila junto con un cuchillo», relató al rotativo Mohamed A. «Estoy muy agradecido a Alemania por acogernos. No podíamos permitir que hiciera algo a los alemanes», agregó.
A última hora del domingo, Mohamed A. acudió a la Policía mientras dos amigos vigilaban al sospechoso. Como él no habla alemán, mostró a los agentes una foto de Al Bakr inmovilizado en un sofá y éstos acudieron rápidamente al apartamento, donde lo encontraron atado de pies y manos y vigilado por dos sirios, como relataron el lunes las autoridades alemanas.
A las alabanzas del lunes de la canciller alemana, Angela Merkel, se sumaron hoy las de otros políticos como el alcalde de Leipzig, Burkhard Jung. «Esto es un éxito enorme contra el terrorismo y muestra que entre los solicitantes de asilo y extranjeros que viven aquí hay una gran mayoría que no tiene nada que ver con esta forma de islamismo radical», declaró.
La organización Ayuda para Siria de Leipzig pidió protección para los tres refugiados sirios ante el temor de que el EI intente vengarse de ellos.
«El EI no va a olvidar a los responsables de un acto así», aseguró a dpa el director de la organización de Ayuda a Siria en Leipzig, Hassan Zeinel Abidine, al mismo tiempo que reclamó que sean reconocidos «correctamente».
Para la mayor parte de los sirios, el comportamiento de Al Bakr es incomprensible, comentó Zeinel Abidine, que llegó a Alemania hace 40 años procedente de Homs.
«Las personas en Alepo sufren diariamente bombardeos masivos y no se entiende y nada justifica que un sirio, que en realidad debería buscar protección, actúe aquí contra el Estado de derecho y la sociedad», agregó.