Sao Paulo
DPA

El nuevo presidente brasileño, Michel Temer, aseguró hoy que no está preocupado por el poco fervor popular que suscita su figura en el país sudamericano.

«Si yo sigo siendo impopular pero Brasil crece, me doy por satisfecho», dijo el mandatario durante una intervención en el foro «Nuevo Escenario Político y Económico», convocado por la revista «Exame».

Temer, del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), asumió formalmente la presidencia de Brasil el 31 de agosto, en lugar de la destituida Dilma Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), de quien era su vicepresidente.

El proceso de destitución contra Rousseff generó una enorme polémica en Brasil desde su comienzo en diciembre de 2015. Tras más de tres meses como mandatario interino y pese a ser ratificada su investidura presidencial por el Senado en agosto, la figura de Temer es por eso resistida por gran parte de la población del país.

En su disertación, Temer, que fue vicepresidente de Rousseff desde su primera elección en 2011, se refirió también al aumento del desempleo en Brasil: «Llegamos a casi 12 millones de desempleados. Y no es culpa mía. No quiero que digan que esos pasivos son nuestros».

«La lista es larga y nos lleva hacia algunas conclusiones irrebatibles», dijo. «La crisis que enfrentamos es la mayor de nuestra historia; no quiero asustarlos, pero sí motivarlos para que juntos logremos salir de ella».

El presidente también se manifestó sobre la necesidad de aprobación de la Propuesta de Enmienda de la Constitución (PEC), que establece un techo para los gastos públicos. «El Congreso hoy es muy consciente de que precisa colaborar con el Ejecutivo para poder salir de esta crisis», concluyó.

La primera economía de América Latina cerrará 2016 por segundo año consecutivo con una recesión de más del tres por ciento, después de haber tenido durante años un constante crecimiento económico.

La disputa política entre Temer y Rousseff agravó la situación del país con una crisis institucional, enmarcada además en varios escándalos de corrupción en torno a la petrolera estatal Petrobras.

El conservador Temer permanecerá en el poder hasta las próximas elecciones, previstas para finales de 2018. El actual presidente ha señalado en varias ocasiones que no será candidato en esos comicios.

Artículo anteriorFuncionario de ONU monitoreará tribunales de paz en Colombia
Artículo siguiente«USA Today» se posiciona contra Trump en inédito editorial