MOADAMIYEH, Siria
AP

Autocares cargados con unos 300 sirios residentes en un barrio de Damasco controlado por los rebeldes y que está sitiado, comenzaron a abandonar la zona hoy tras un acuerdo con el gobierno que concede una amnistía a los hombres armados y restaura el control del Estado.

Un reportero de The Associated Press en Moadamiyeh vio como las fuerzas de seguridad registraban el equipaje de las docenas de hombres, mujeres y niños evacuados, antes de subir a los autocares que los trasladaron a refugios en una zona próxima controlada por el gobierno.

Moadamiyeh, que según un informe de Naciones Unidas fue atacado con gas sarín en 2013, ha sufrido durante tres años el sitio del gobierno, que dejó a sus aproximadamente 28 mil habitantes sin comida y medicinas.

La primera parte del acuerdo supone la evacuación de unas 300 personas, entre ellos 62 combatientes que accedieron a deponer las armas para beneficiarse de una amnistía presidencial, dijo el gobernador de la provincia de Damasco, Alaa Ibrahim Munir.

El acuerdo de Moadamiyeh se produce una semana después de la evacuación de Daraya, un suburbio próximo también controlado por rebeldes, que fue calificada ampliamente de desplazamiento forzado.

Las 300 personas que abandonaron Moadamiyeh hoy procedían de Daraya. Muchos de ellos habían huido allí o quedaron atrapados en el vecindario tras una amplia ofensiva militar contra la zona, que comenzó a principio de año. En la televisora estatal siria, Ahmed Mounir, asesor gubernamental, describió la evacuación de hoy como el final del pacto de Daraya.

La ofensiva por Daraya aisló al barrio de otras zonas controladas por rebeldes en suburbios al oeste de Damasco. Esto aceleró la rendición de los combatientes de la zona, obligándolos a alcanzar un acuerdo con el gobierno para el desalojo de las casi 4 mil personas que seguían viviendo en el lugar, que en su día acogió a más de 200mil.

«Los heroicos actos del ejército sirio en Daraya llevaron al éxito en Moadamiyeh», manifestó Ibrahim, el gobernador de la provincia, a la televisora estatal, agregando que se están discutiendo otros «acuerdos» para zonas rebeldes de Damasco. El funcionario pidió además a otros combatientes que depongan las armas.

Una vez los 300 evacuados sean trasladados a zonas controladas por el gobierno, la segunda parte del pacto contempla que aquellos combatientes que no quieran sumarse al plan abandonen el vecindario, probablemente hacia zonas rebeldes del norte del país.

No estuvo claro cuándo las fuerzas de seguridad gubernamentales tomarán el control del suburbio.

Los edificios e infraestructuras de Moadamiyeh parecían en gran parte intactos. Los rebeldes habían negociado varias treguas locales con el gobierno desde 2012, lo que evitó gran parte de los bombardeos y destrucción registrados en Daraya, a poco más de un kilómetro (una milla) de distancia.

«Estoy muy contenta de irme», dijo Samira Khadra, una residente de Daraya de 25 años que se trasladó a Moadamiyeh, al subir a uno de los ocho autocares verdes que esperaban, con su madre e hijos.

Rajab Taysir al-Sheikh, un vecino de Daraya de 55 años, contó que su antigua casa estaba totalmente destrozada. Ahora estará con su familia, evacuada de Daraya la semana pasada, en un refugio en un suburbio de Damasco. «No queda nada de mi casa a excepción de lo que llevo yo: dos pantalones y algunas camisas», explicó antes de criticar a los rebeldes por provocar la violencia del gobierno.

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