Kiev
DPA

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, decretó hoy un alto al fuego en la zona del Donbás, en el este del país, con motivo del comienzo del año escolar.

«En el frente se ha dejado de disparar», dijo Poroshenko, citado por la agencia de noticias Unian. El mandatario añadió que durante las primeras 12 horas del día se había respetado el alto al fuego.

El ministro de Defensa, Stepan Poltorak, se mostró «gratamente sorprendido» por la tregua.

Una iniciativa parecida pausó durante varios días en septiembre del año pasado los sangrientos enfrentamientos. En realidad, las armas deberían haber callado tras el acuerdo de Minsk de febrero de 2015. Sin embargo, el alto al fuego acordado era frágil y muchos puntos del plan de paz aún no se han puesto en práctica.

Los separatistas prorrusos de Donetsk confirmaron que la calma había retornado al frente de guerra. Solo los rebeldes en la zona de Lugansk acusaron a las tropas del Gobierno de llevar a cabo ataques aislados pasada la medianoche. El día anterior, según datos del Ejército, un soldado murió abatido.

El Gobierno en Kiev informó al término de una videoconferencia del Grupo de Contacto para Ucrania que las dos partes enfrentadas habían acordado un cese del fuego de mayor duración.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) llamó al Gobierno ucraniano y a los separatias a respetar la tregua. «Observar (la tregua) puede llevar a una estabilización y normalización que necesitan urgentemente la gente en Donbás y especialmente los niños», afirmó el jefe de la misión de la OSCE en Kiev, Ertugrul Apakan.

En Moscú, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, no descartó una actualización del plan de paz de Minsk. Algunos puntos del acuerdo se pueden cambiar, dijo Lavrov en un discurso pronunicado en una universidad moscovita. «Sin embargo, eso debe hacerse en un diálogo directo con los representantes de (las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk)», reclamó.

Poroshenko rechaza entablar conversaciones con los insurgentes, al tiempo que insiste en la necesidad de mantener negociaciones con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, François Hollande. Putin hasta ahora ha rechazado tales negociaciones.

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