Oslo
DPA

Representantes del Gobierno y los rebeldes comunistas filipinos firmaron hoy un acuerdo para un alto el fuego indefinido, tras las conversaciones de paz celebradas en Oslo para poner fin a uno de los movimientos insurgentes de izquierda más antiguos de Asia.

Ambas partes alcanzaron un compromiso para una tregua permanente y discutieron sobre la excarcelación de presos y un calendario de futuras negociaciones, informó el Ministerio de Exteriores Noruego.

El acuerdo fue rubricado por el negociador jefe del Gobierno, Silvestre Bello, y por el fundador del grupo rebelde Partido Comunista de Filipinas (CPP), José María Sison.

Se trata de un «momento histórico y sin precedentes», afirmó tras la firma Jesús Dureza, asesor presidencial en el proceso de paz.

Según otro de los puntos del acuerdo, se instará al presidente filipino, Rodrigo Duterte, a garantizar la amnistía para todos los presos políticos con vínculos con el Frente Democrático Nacional de Filipinas (NDFP), el brazo político de los rebeldes. Ambas partes volverán a reunirse en Oslo el 8 de octubre.

Según estimaciones, en el conflicto entre el Gobierno de Manila y los rebeldes murieron más de 40 mil personas desde finales de los años 60 del siglo pasado. El nuevo presidente del país, Rodrigo Duterte, contribuyó al final del conflicto.

Noruega fue invitada en 2001 a mediar en las negociaciones, que se han celebrado de forma intermitente. En 2012 quedaron suspendidas después de que el entonces presidente Benigno Aquino rechazase la exigencia de los rebeldes de poner en libertad a presos políticos.

«Me gustaría felicitar a las partes, que mostraron una considerable flexibilidad y el deseo de lograr esta importante declaración conjunta», afirmó el ministro de Exteriores noruego, Borge Brende.

Según Noruega, ahora las partes quieren lograr un acuerdo sobre reformas económicas y sociales en un plazo de seis meses, al que seguiría otro sobre reformas políticas y constitucionales. Una vez se consigan, se podrá firmar un acuerdo para poner fin al conflicto armado.

El Gobierno también está intentando implementar un acuerdo de paz alcanzado en 2014 con el grupo rebelde musulmán Frente Moro Islámico de Liberación.

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