Por Matthias Röder
Salzburgo, Austria
Agencia/dpa

Prohibir a las musulmanas que vayan con el rostro cubierto con el objetivo de que haya una mejor integración así como una prevención contra ataques terroristas es tan solo una política de gestos, simbólica, según afirman los expertos.

«Es solo una medida para aparentar una solución. No conozco ni un solo caso en el que la prohibición del burka haya impedido un atentado terrorista o que haya obstaculizado una acción terrorista», explica a dpa el investigador Peter Neumann, un especialista en radicalización del King’s College en Londres.

Es más, una medida así podría incluso ser contraproducente, afirma. Más bien hay que desarrollar de forma sistemática programas de prevención, como un concepto para desradicalizar a los yihadistas encarcelados y aplicarlo, apunta Neumann.

dpa: Si no ayuda la prohibición del burka ¿qué se puede hacer?

Neumann: Lo importante, entre otras medidas, sería invertir en áreas en las que el (grupo terrorista) Estado Islámico (EI) ya no domine. La falta de perspectiva de las personas es un problema fundamental, pero eso no se puede cambiar por ley.

dpa: ¿Cómo ve usted los éxitos militares en la lucha contra el EI?

Neumann: Son muy importantes. Podrían ser el principio del fin de un casi Estado, donde los yihadistas entrenan y se les lava el cerebro. Pero el problema es que nadie tiene un plan para el día después. Posiblemente llegue a suceder que cambiemos un grupo de yihadistas por otros.

dpa: Entonces, no se debería sobrevalorar un posible éxito.

Neumann: El EI tiene seguidores en todo el mundo. Esa idea de un islam integrista no se puede vencer militarmente. Además, una derrota del EI conduciría, al menos a corto plazo, a más terrorismo en lugar de a menos.

dpa: ¿Y qué se debería hacer con los muchos combatientes extranjeros que están luchando junto al EI u otros grupos?

Neumann: Teniendo en cuenta a los 30 mil combatientes extranjeros, entre ellos tan sólo 20 mil en el EI, la milicia terrorista ya ha dejado un legado. La mitad de ellos están todavía en Siria e Irak e intentarán regresar a través de Turquía. Tenemos una «Internacional» yihadista y ninguna respuesta para ello.

dpa: Si a su regreso son juzgados, ¿es eso bueno?

Neumann: Las prisiones pueden agudizar la radicalización. Es por ello que es importante apoyarse en los ejemplos existentes de estrategias efectivas de desradicalización. Y eso hay que hacerlo ya.

dpa: ¿Durante cuánto tiempo tendremos que lidiar con esta explosiva situación?

Neumann: Al Qaeda surgió debido a la situación que vivió Afganistán en los años 80. Unos 15 años después llegó el atentado del 11 de septiembre de 2001. En el caso de Siria el reloj ni siquiera se ha puesto en marcha. El problema del terrorismo, de los refugiados y de la inestabilidad seguirán ocupándonos durante décadas. En 2014 y 2015, el 80 por ciento de atentados fueron perpetrados en cinco países y de esas naciones llegan los refugiados.

dpa: ¿En el futuro cómo será el mapa en Cercano Oriente?

Neumann: Eso no lo sabe nadie. En estos momentos tenemos allí movimientos tectónicos. Me recuerda a la Guerra de los 30 Años (siglo XVII) en Europa, una guerra de fe, a cuyo final Europa cambió por completo.

Sobre PETER NEUMANN: El profesor de Política de Seguridad del King’s College de Londres fue en el pasado periodista. En la actualidad dirige además el Centro para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política (ICSR), fundado en 2008.

Es solo una medida para aparentar una solución. No conozco ni un solo caso en el que la prohibición del burka haya impedido un atentado terrorista.
Peter Neumann, un especialista en radicalización del King’s College en Londres.

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