Manila
DPA
El nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, amenazó hoy con matar a todos los narcotraficantes, en cumplimiento de su promesa electoral de acabar con la criminalidad en su país.
«Hijos de puta. Les voy a matar a todos de verdad. ¿Han visto lo que han hecho con Filipinas? ¿Cómo esperan que les perdone? Mi orden es disparar a matar contra todos ustedes», dijo Duterte, de 71 años, quien ganó por amplia mayoría las elecciones presidenciales del pasado mes de mayo.
Duterte amenazó también a los funcionarios y cargos públicos supuestamente vinculados con el narcotráfico que los matará si se resisten a su arresto.
«Si ocupan puestos públicos como soldados, policías o alcaldes, ustedes van a ser los primeros», aseguró.
Tras las advertencias del mandatario, dos políticos más, supuestamente vinculados al tráfico de drogas, se entregaron hoy a la policía. Se trata de un alcalde y un ex alcalde de ciudades de la provincia sureña de Lanao del Sur, que admitieron que habían estado implicados en el negocio ilegal, informó el director general de la policía, el general Ronald dela Rosa.
«Decidieron cambiar y ayudar en la campaña antidrogas», dijo Dela Rosa tras presentarlos en una rueda de prensa en la sede de la Policía en Manila. «¿Por qué huir si pueden ayudar?»
El pasado martes se había entregado otro alcalde huido. El responsable de la Policía espera nuevas entregas tras la campaña lanzada por Duterte.
Sin embargo, sus acciones ya han despertado algunas críticas después de que casi 500 supuestos narcotraficantes fueran abatidos desde que el nuevo presidente llegó al poder a finales de junio. Nadie ha sido obligado a rendir cuenta de esos asesinatos. Algunos defensores de los derechos humanos acusan a Duterte de tolerar las actividades de escuadrones de la muerte.
Duterte ha acusado de narcotráfico a cinco oficiales de policía de alto rango y a un alcalde y a su hijo. Los oficiales se entregaron para ser investigados, así como el alcalde, negando toda implicación en el comercio de drogas. Sin embargo, éste admitió que su hijo, que sigue fugado, sí estuvo implicado.