Lima
DPA

El presidente electo del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, inaugurará mañana un gobierno en el que la mayor expectación se centra en cómo se manejará la relación con un Congreso dominado con mayoría absoluta por un partido opositor.

La flamante presidenta del Congreso, Luz Salgado, ha prometido que su partido Fuerza Popular (FP) no será «obstruccionista», pero la indisimulada hostilidad con la que se mira a Kuczynski desde ese colectivo de derecha radical deja abiertas las dudas.

El nuevo presidente le ha quitado trascendencia a los temores, al destacar que el del Perú es un régimen presidencialista y cada poder del Estado tiene delimitadas las funciones.

Buena parte de los analistas guardan sin embargo optimismo. Para ellos, FP, partido que lidera la ex candidata presidencial Keiko Fujimori, sabe que oponerse por oponerse puede ser negativo para su futuro y, por tanto, buscará la manera de colaborar sin perder su perfil.

Al final, al menos en economía, FP tiene grandes coincidencias con Peruanos Por el Cambio, el nuevo partido oficialista. Y se supone que ambos deberían confluir en principios básicos, como el compromiso contra la inseguridad y la corrupción, el crecimiento económico y la superación de los problemas sociales.

Aunque el Perú ha tenido un crecimiento económico sostenido en los últimos 15 años y es descrito por conocedores como uno de los países de América Latina mejor posicionados para enfrentar los vaivenes internacionales, hay fantasmas que acechan: el delito, la inequidad, la informalidad, la mala oferta en la educación y la salud.

El peruano de a pie es claro en las encuestas en que lo que más le preocupa actualmente es el crecimiento de la delincuencia. El fenómeno es evidente y afecta a todos los segmentos sociales, que se exponen día a día a la extorsión, al asalto, al asesinato.

Kuczynski promete soluciones en la materia, pero no ha sido claro en cuáles serán. Su decisión de designar ministro de Interior al sociólogo Carlos Basombrío ha sido criticada desde FP y otros sectores «duros» porque fue viceministro en el gobierno de Alejandro Toledo y supuestamente no hizo nada efectivo.

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