CRACOVIA, Polonia
DPA

Agentes de las fuerzas de seguridad polacas se trasladaron hoy en autobuses a Cracovia mientras miles de jóvenes se aglomeraban, un día antes de la llegada del Papa Francisco a la ciudad para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, un encuentro que reúne a católicos de todo el mundo.

Los presentes dijeron estar asombrados por el asesinato de un sacerdote de 86 años, que murió degollado hoy en una iglesia en Francia.

El arzobispo Georges Pontier, presidente de la conferencia de obispos franceses, comentó desde Cracovia sobre el ataque: «nos sorprendió, nos conmovió y nos asqueó». Exhortó a los cristianos a no desalentarse ante actos tan inhumanos.

Después de una serie de ataques en Europa, las autoridades polacas tratan de ofrecer garantías de que las fuerzas de seguridad del país están preparadas para el evento masivo, en el que el Papa oficiará de miércoles a domingo.

El Papa Francisco condenó el ataque enérgicamente. El vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, dijo en un comunicado que el ataque resulta un golpe particularmente duro «porque esta horrenda violencia sucedió en una iglesia, un sitio sagrado en el que el amor a Dios es anunciado, y por el barbárico asesinato de un sacerdote».

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