CLEVELAND
AP
Ahora que han concluido la pompa, los festejos y la turbulencia de la Convención Republicana, en la que Donald Trump fue coronado como candidato presidencial, es el turno de los demócratas ser el centro de la atención con su abanderada Hillary Clinton.
La ex primera dama se dispone a presentar a su compañero de fórmula en breve y fuentes allegadas dicen que el favorito es Tim Kaine, senador por Virginia.
Las promesas de Trump de ser el campeón de los olvidados pusieron fin a una Convención Republicana marcada por la discordia y diversos tropiezos. En su discurso, Trump prometió «a los hombres y mujeres olvidados de nuestra nación», a «aquellos que trabajan duro pero no tienen voz» que él será «su voz».
Con esa frase, Trump sintetizó tanto la promesa como la paradoja de su campaña: es un magnate multimillonario que consiguió apoyo entre los más desafectados que se sienten alienados del sistema.
Prometió que como presidente restaurará un sentido de seguridad pública, limitará drásticamente la inmigración y salvará al país de «la muerte, la destrucción, el terrorismo y la debilidad» que, según él, representa Hillary Clinton.
«Me he involucrado en la política para que los poderosos no puedan seguir oprimiendo a los indefensos», expresó el candidato.
Los demócratas tienen una interpretación totalmente distinta. El jefe de la campaña de Clinton, John Podesta, sostuvo que Trump «no ofreció ninguna solución para ayudar a las familias y a los trabajadores, ni para proteger a nuestro país. Lo único que ofreció es más prejuicio y paranoia. Los estadounidenses somos mejores que eso, los estadounidenses somos mejores que Donald Trump».








