Manila
DPA
El polémico nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, juró hoy su cargo y prometió cumplir la ley en la lucha contra el crimen y la corrupción, en un intento por disipar los temores de que sus métodos poco ortodoxos puedan rozar la ilegalidad.
«Sé que hay algunos que no aprueban mis métodos en la lucha contra el crimen», dijo Duterte, de 71 años, en un discurso pronunciado después de jurar como presidente del país de más de 100 millones de personas. «Dicen que mis métodos no son ortodoxos y que rozan lo ilegal», agregó.
En las últimas semanas, Duterte prometió que reintroduciría la pena de muerte, mataría a todos los criminales e introduciría un agresivo programa de planificación familiar que podría enfrentarle a la Iglesia Católica, de gran influencia en el país.
También hizo unas polémicas declaraciones en las que justificó los asesinatos de periodistas en algunos casos. «Sólo porque seas periodista no quedarás excluido de los asesinatos si eres un hijo de puta», dijo.
El exfiscal general y exalcalde de Davao habló hoy de cómo ha visto que el crimen, y especialmente las drogas ilegales y la corrupción, destruyeron vidas y empujaron a la gente a la pobreza.
Duterte pidió al Congreso y la Comisión de Derechos Humanos, así como a otros críticos, que le dejen hacer su trabajo y les instó a evaluar sus políticas desde el punto de vista de quienes fueron víctimas del crimen y la corrupción.
«Como abogado y exfiscal conozco los límites del poder y la autoridad del Presidente. Sé lo que es legal y lo que no. Mi adhesión al debido proceso y a la ley es inflexible», dijo. «Ocúpense de sus trabajos. Yo me ocuparé del mío», agregó.
Duterte también prometió acabar con la dominación de la «Manila imperial», el tradicional centro de poder de Filipinas, pasando del actual sistema presidencial a un Gobierno de tipo federal.
El nuevo Presidente ganó en mayo las elecciones con más de un 39 por ciento de los votos. Es el segundo Presidente, después del dictador Ferndinand Marcos en 1986, que celebra su ceremonia de nombramiento en el Palacio de Malacañán.
