BEIRUT, Líbano
AP
El ejército de Líbano detuvo el martes a más de un centenar de sirios por entrar sin permiso al país, tras una serie de atentados que sacudieron en la víspera una localidad cerca de la frontera con Siria.
Los registros se efectuaron en la madrugada de hoy en seis zonas de la región de Baalbek, donde hay varios asentamientos informales de refugiados.
La operación se produjo horas después de una serie de ataques, entre los que hubo al menos seis suicidas, que sacudieron la localidad de mayoría cristiana de Qaa, cerca de la frontera con Siria. Cinco personas perdieron la vida y casi 30 resultaron heridas por las explosiones, una de ellas en el exterior de una iglesia donde la gente se había congregado para los funerales.
La estatal Agencia de Noticias Nacional dijo que los funerales se han pospuesto por razones de seguridad. El grupo extremista libanés Jezbolá anunció también la cancelación de un acto religioso en la capital, Beirut, más tarde en el día.
Los ataques inéditos —nueve explosiones en total, ocho de ellas por suicidas— sembraron el pánico entre los habitantes de Qaa y provocaron ánimo sombrío en el Líbano, que en los últimos cinco años ha tenido que lidiar con las repercusiones de la guerra civil en la vecina Siria.
Las autoridades declararon hoy día de luto nacional y postergaron los actos fúnebres para las víctimas de los atentados de ayer, citando razones de seguridad. Un evento religioso organizado en Beirut por el grupo guerrillero Jezbolá también fue postergado.
También por razones de seguridad, el Ministerio de Cultura postergó la inauguración del Templo de Bacus, parte de las célebres ruinas de Baalbek.
El ejército informó que lanzó operativos en seis partes de la zona de Baalbek, que posee varios asentamientos informales de refugiados sirios. Añadió que nueve motocicletas y dos vehículos fueron confiscados, y que dos libaneses fueron arrestados por portar armas ilegalmente.
Las explosiones de ayer, cuatro ocurridas en horas de la mañana y 5 de la tarde, mataron a cinco personas y dejaron a casi 30 heridas en la zona cristiana de Qaa. Horas más tarde, dos suicidas detonaron sus explosivos frente a la iglesia de aldea mientras se aglomeraba la gente para los funerales de los que habían muerto antes.
En un comunicado, el ejército informó que uno de los suicidas hizo estallar su dinamita cuando era perseguido por agentes policiales, mientras que el otro hizo lo mismo en un puesto militar cuando unos guardias le dispararon. Nadie falleció pero entre esos dos estallidos hubo 13 heridos.
Qaa y la cercana Ras Baalbek son las únicas dos aldeas que tenían una mayoría cristiana en la zona chií de Hermel, donde el Jezbolá, que es chií, controla el poder. La agrupación ha enviado a miles de combatientes a Siria para respaldar al gobierno de Bashar Asad frente a los grupos principalmente sunís que buscan derrocarlo.