CIUDAD DEL VATICANO
DPA
El ahora retirado papa Benedicto XVI conmemorará el 65to aniversario de su inicio como sacerdote el 28 de junio, en una ceremonia en el Vaticano a la que asistirá el actual pontífice Francisco.
El anuncio se da en medio de confusión sobre cuáles serán los roles de los dos papas.
La Fundación Joseph Ratzinger, dedicada a promover la obra del papa emérito, informó en su sitio web el miércoles que la ceremonia tendrá lugar en una de las salas del Vaticano.
Será un inusual evento público para Benedicto XI, de 89 años, quien mayormente ha cumplido su promesa de permanecer enclaustrado dedicado a la plegaria después de su retiro.
Su asesor principal, sin embargo, desató una controversia el mes pasado cuando argumentó que el religioso de origen alemán no había abandonado su papado sino que lo había expandido «con un miembro activo y contemplativo».
«Desde la elección de su sucesor Francisco el 13 de marzo del 2013, no hay dos papas sino un papado de facto expandido, con un miembro activo y un miembro contemplativo», dijo el arzobispo Georg Gaenswein en un discurso el 20 de mayo en la Universidad Pontificia Gregoriana.
«Es por ello que Benedicto XVI no ha cedido ni su nombre ni su sotana», dijo Gaenswein.
Desde que Benedicto XVI asombró al mundo entero el 11 de febrero del 2013 al anunciar su renuncia, el mundo se ha preguntado cómo el mundo respondería ante la existencia de dos papas, uno en funciones y otro retirado, ambos viviendo en el Vaticano.
Hasta la fecha, Francisco no parece perturbado por la presencia de Benedicto XVI. Sin embargo, el conservador religioso alemán sigue siendo objeto de la nostalgia de los sectores más conservadores y tradicionalistas de la Iglesia, que no han ocultado su descontento por la teología liberal de Francisco, su falta de ortodoxia en la liturgia y su énfasis en ser misericordioso en vez de atenerse a las normas establecidas.
En su discurso, Gaenswein defendió las decisiones de Benedicto XVI e insistió en que a través de su renuncia había «renovado» y «reforzado» el estrado papal.
Las críticas al discurso fueron varias, incluso provenientes de simpatizantes de Benedicto.
El cargo de pontífice, escribió el biógrafo papal George Weigel, «no es divisible de manera alguna, ni puede convertirse en una diarquía en que un papa se encarga de la parte administrativa y el otro se dedica a rezar».
En un ensayo en la publicación conservadora First Things, Weigel dijo que la decisión de Benedicto de mantener su nombre de pontífice y sus prendas papales fueron un desacierto.