WASHINGTON
AP

Para Hillary Clinton, la campaña electoral se ha centrado en construir una imagen de persona cercana: a menudo ha preferido auditorios municipales a grandes estadios, ha salpicado sus anuncios de anécdotas personales, y organizado reuniones menos guionizadas con los votantes.

Sin embargo, correos electrónicos a los que tuvo acceso Associated Press revelan un cuidadoso esfuerzo entre bambalinas para revisar los comentarios de introducción de estudiantes y directivos de universidades, que presentaban a la favorita demócrata como oradora, así como preguntas sugeridas que encajaban con su campaña.

Aunque no es raro que las campañas planifiquen apariciones en detalle, las conversaciones por correo electrónico son un atisbo de la clase de aparato de control de imagen que podría emplear Clinton si llega a la Casa Blanca, incluidos intentos de dirigir la conversación con el público. También contradicen los esfuerzos de su campaña de mostrar a Clinton como menos envarada y guionizada que en su campaña anterior, hace ocho años.

Los intensos preparativos de Clinton parecen contrastar con el probable candidato republicano, Donald Trump, que rara vez evita temas polémicos en sus discursos, habla de forma espontánea y parece tener más interacciones no planificadas ni preparadas.

Un portavoz de la campaña de Clinton, Nick Merrill, prometió ofrecer un comunicado a AP en respuesta a preguntas detalladas sobre el tema, pero no envió uno.

Las conversaciones de correo, reveladas tras solicitudes amparadas en normas de transparencia, muestran el funcionamiento de una campaña que destaca los momentos imprevistos, como la historia de una niña que preguntó a Clinton: «Si usted es elegida como la presidenta chica, ¿le pagarán lo mismo que al presidente chico?». Esa frase fue un momento estrella de la campaña.

Sin embargo, el equipo de la aspirante sigue decidiendo detalles minúsculos sobre sus apariciones, incluso los vasos de su sala. Esa fijación con la planificación ha dejado en ocasiones a las autoridades locales en situaciones incómodas en el escenario político.

«Se ofrecieron a escribir su presentación. Les dije que no», escribió Becky Mann, responsable de relaciones públicas para la Universidad Técnica de Greenville, en South Carolina, en un correo electrónico al responsable del centro, Keith Miller.

La campaña de Clinton también sugirió preguntas que podría hacer Miller, como: «Tenemos varios estudiantes con necesidades económicas, ¿qué debemos hacer para hacer más asequible la universidad?». El coste de la universidad es uno de los temas principales de campaña de Clinton.

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