Viena
DPA

Potencias regionales e internacionales están dispuestas a suministrar armas al frágil Gobierno de unidad libio, señalaron en un comunicado conjunto los ministros de Exteriores de 21 países reunidos hoy en Viena.

«Apoyaremos totalmente esos esfuerzos al tiempo que seguiremos ratificando el embargo de armas de la ONU», añadieron, reconociendo la petición del Gobierno de unidad de quedar exento de ese embargo.

«No estamos pidiendo soldados extranjeros sobre el terreno pero estamos pidiendo ayuda con entrenamiento y que se levante el embargo de armas a Libia», había escrito el jefe del nuevo Gobierno, Sayez al Serraj, ayer en el diario británico «Daily Telegraph».

«Garantizar la seguridad y defender el país del terrorismo debe ser la tarea de las fuerzas de seguridad unificadas y reforzadas», señalaron los ministros de Exteriores de países de la Unión Europea, del Norte de África y Cercano Oriente, así como de los países con poder de veto en la ONU.

El objetivo de la reunión, celebrada por invitación del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y su homólogo italiano Paolo Gentiloni, era buscar junto con Al Serraj, vías para reforzar a su frágil Gobierno y para estabilizar el país que se ha convertido en feudo de extremistas y traficantes de personas.

La cuestión decisiva será si el terrorismo, el tráfico de personas y la inestabilidad seguirán expandiéndose en el país noreuropeo que está tan cerca de Europa o si el nuevo Gobierno será capaz de recuperar la estabilidad y el sentido de la unidad nacional, dijo el ministro de Exteriores alemán, Fran-Walter Steinmeier, a la prensa antes del encuentro. «En estos momentos, sigue siendo una cuestión abierta».

«Libia es clave para el acceso al Sahel, el Magreb, Cercano Oriente, el Mediterráneo y Europa. Y tener a Daesh (acrónimo en árabe deL EI) avanzando en Libia es malo para todo el mundo», dijo a la prensa un alto funcionario del Departamento de Estado estadounidense.

«Esperamos que (el encuentro) muestre a la comunidad internacional alineándose sin ambigüedades detrás del Gobierno de acuerdo nacional como receptor de asistencia para la seguridad en Libia», señaló.

En marzo, el Gobierno de unidad nacional formado bajo un plan de paz patrocinado por la ONU hizo aumentar las esperanzas de que el país podrá estabilizarse y frenar la expansión del EI. El nuevo ejecutivo, basado en Trípoli, tiene influencia limitada en otras partes del país y aún debe ganarse la confianza del Parlamento electo basado en Tobruk.

Steinmeier señaló que el Gobierno ya se ha ganado el respaldo del banco central libio y a tomado el control del Ministerio de Petróleo, clave para el país.

Algunos países occidentales han considerado ataques aéreos en Libia contra el EI, pero el enviado de la ONU Martin Kobler ha advertido que podría ser prematuro sino hay un Ejército libio efectivo que pueda tomar el control de las ciudades bombardeadas.

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