Nueva York, Estados Unidos
AFP

Es la paradoja de la elección presidencial estadounidense de 2016: la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, que tienen casi garantizado afrontarse en noviembre por la Casa blanca, son los dos muy impopulares.

Dos tercios de los electores (65%) tienen una opinión desfavorable del multimillonario y sólo un cuarto (24%) una opinión favorable, según un reciente sondeo de Wall Street Journal/NBC.

Hillary Clinton tiene un 56% de opiniones desfavorables y 32% de opiniones favorables, de acuerdo con ese sondeo.

Otra encuesta de CNN ayer indicaba 56% de impopularidad a Trump y 49% a Clinton.

«Históricamente, nunca hemos visto esto», explicó a la AFP Jeanne Zaino, experta en política de la Universidad Iona. «Que haya uno (impopular) es una cosa. Pero aquí se trata de los dos», agregó.

Donald Trump, de 69 años y outsider imprevisible que nunca ha ejercido un cargo electivo, ha irritado a buena parte del electorado con sus comentarios sobre las mujeres, los mexicanos y los musulmanes.

Hillary Clinton, de 68 años, muy experimentada ya que fue senadora por Nueva York y secretaria de Estado, tiene grandes dificultades para conseguir la confianza de muchos votantes que no logran descifrar su verdadera personalidad.

¿Cómo llegaron entonces a convertirse en los candidatos probables de sus partidos?

«Por la forma en la que elegimos los candidatos», explicó Robert Shapiro, experto de la Universidad de Columbia en Nueva York.

En 2012, solo cerca del 16% de los estadounidenses en edad de votar habían participado en las primarias. «Los que se desplazan son más bien militantes o extremistas», dijo. No se trata del estadounidense medio.

Teniendo en cuenta a los 17 candidatos republicanos que se lanzaron en la primaria, Donald Trump solo necesito los votos de «un pequeño segmento del electorado estadounidense» para convertirse en el probable nominado de su partido, agregó.

OPINIONES MUY MARCADAS

Del lado demócrata, Hillary Clinton ha aprovechado que no tenía rival, con la excepción de Bernie Sanders.

«Los otros candidatos capaces decidieron no lanzarse en la carrera porque era un mal año para un demócrata para presentarse a la Casa Blanca», señaló Shapiro, en referencia a la impopularidad de la administración de Barack Obama.

Si Donald Trump y Hillary Clinton no son populares es porque «son muy conocidos», precisó Jeanne Zaino.

«La gente tiene una opinión muy marcada de los dos lados», explicó. Es que los estadounidenses saben todo de las vidas, éxitos y debilidades de los dos.

Clinton, que sueña con ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos, está inmersa en la vida pública desde hace 20 años: primera dama cuando su marido Bill era presidente (1993-2001), senadora de Nueva York (2001-2009) y luego secretaria de Estado (2009-2013).

Donald Trump es célebre desde hace años por su fortuna, sus rascacielos, sus dos divorcios y la emisión del reality show «El aprendiz», que animó durante más de una década.

«Muchos demócratas tienen la impresión de que el partido se convirtió en el partido de los Clinton y eso no les gusta», indicó Sam Abrams, experto del Sarah Lawrence College.

«Muchos de mis estudiantes no han conocido un periodo durante el cual un Clinton o un Bush no fuese presidente o no dominara la vida política nacional», agregó.

Por ello existe una aspiración a algo diferente, especialmente entre los jóvenes que prefieren ampliamente a Bernie Sanders, de 74 años y senador por Vermont (noreste).

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