Atenas/Lesbos
DPA

El Papa Francisco realizó hoy una emotiva visita a la isla de Lesbos, uno de los puntos álgidos de la crisis de refugiados en Europa, donde les pidió no perder la esperanza, y como gesto final se llevó a doce personas de nacionalidad siria al Vaticano.

_Inter26_1bEl religioso hizo la visita acompañado del patriarca de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, Bartolomé I, y el primado de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo II, con quienes firmó una declaración que pide el fin «de la guerra y la violencia en Medio Oriente, una paz justa y duradera, así como el regreso digno de quienes fueron forzados a abandonar sus hogares».

En el llamado «hotspot» o campamento de Moria, que es comparado por organizaciones de derechos humanos con un campo de detención, el Papa saludó a cientos de personas, muchas de ellas niños que hicieron solos el peligroso viaje por mar desde Turquía a Grecia.

«Quiero decirles que no están solos. En estas semanas y meses, han sufrido mucho en la búsqueda de una vida mejor. Muchos de ustedes se han visto obligados a huir de situaciones de conflicto y persecución, sobre todo por el bien de sus hijos», señaló el Pontífice en su mensaje.

«Esperamos que el mundo preste atención a estas situaciones de necesidad trágica y verdaderamente desesperadas, y responda de un modo digno de nuestra humanidad común», subrayó Francisco en Moria.

Muchos refugiados portaban carteles con inscripciones como «queremos libertad» y «eres nuestra esperanza». En una carpa, los religiosos hablaron con familias de inmigrantes, ancianos en sillas de ruedas y mujeres hundidas por el llanto. Una mujer se arrodilló delante de Francisco y le rogó que la llevara con él. Los niños le mostraron y le regalaron dibujos sobre sus vidas.

El Papa saludó a las mujeres solamente con una inclinación de cabeza y evitó darles la mano en respeto a las costumbres en el mundo islámico. A los hombres sí les dio la mano y a quienes se lo pidieron, la bendición.

Los tres líderes religiosos firmaron una declaración conjunta en la que piden mayores esfuerzos internacionales para resolver la crisis de refugiados, que haya paz en Oriente Medio y que aumenten los esfuerzos por curar la división de siglos entre católicos y ortodoxos.

Poco antes de que el Papa regresara a Roma a primera hora de la tarde, el Vaticano confirmó que doce sirios volaron con él de regreso a Italia. Se trata de tres familias musulmanas con seis niños procedentes de Damasco y de Deir al Zour, en el área ocupada por el Estado Islámico, cuyas casas han sido destruidas en la guerra civil. En Italia serán acogidas por la Comunidad de San Egidio, una ONG católica, pero sus gastos correrán a cargo del Vaticano.

El líder de la Iglesia Católica es un gran defensor de los derechos de los inmigrantes. En 2013 visitó ya la isla italiana de Lampedusa, otro de los puntos de llegada de miles de migrantes y refugiados a Europa, donde aspiran a tener una vida mejor.

«Los refugiados no son números sino personas con rostros, nombres e historias, y deben ser tratados como tales», escribió el Papa esta mañana en Twitter antes de su viaje.

Tras comer en Moria con unas 250 personas, el Papa, Bartolomé y Jerónimo se trasladaron en minibús al puerto de Lesbos para reunirse con los residentes de la isla y recordar a los muertos al intentar cruzar el mar.

En un breve discurso, Francisco mostró su admiración por «el pueblo griego que, a pesar de las graves dificultades que tiene que afrontar, ha sabido mantener abierto su corazón y sus puertas».

Se trata de «una humanidad que quiere construir puentes y rechaza la ilusión de levantar muros con el fin de sentirse más seguros. En efecto, las barreras crean división, en lugar de ayudar al verdadero progreso de los pueblos, y las divisiones, antes o después, provocan enfrentamientos», añadió.

El pontífice, Bartolomé y Jerónimo recitaron plegarias por separado y lanzaron cada uno una corona de laureles al mar.

A su llegada a Lesbos, el papa fue recibido en el aeropuerto de Mitilene por el primer ministro griego, Alexis Tsipras. En conversaciones privadas con él, Francisco elogió a los griegos por su solidaridad.

En lo que va del año han muerto o están desaparecidos 732 inmigrantes en el Mediterráneo, 375 de ellos en el mar entre Grecia y Turquía, informó el viernes la Organización Mundial para las Migraciones.

Artículo anteriorBernie Sanders se reúne con el Papa Francisco
Artículo siguienteNadal vence a Murray y avanza a la final en Montecarlo