Por TERESA CEROJANO
MANILA, Filipinas
Agencia/AP

Su vida parece sacada de una telenovela. Abandonada por sus padres en una iglesia católica a poco de nacer y adoptada por una pareja involucrada con el cine, la vida de Grace Poe es tan conmovedora que ha cautivado a los filipinos, al punto de que, a pesar de una limitada experiencia política, encabeza las encuestas con miras a las elecciones presidenciales de este fin de semana.

Recién llegada a la política y elegida senadora hace tres años, Poe promete reducir los impuestos, combatir la delincuencia y ofrecer educación gratis a los pobres, desde el jardín de infantes hasta la universidad. Más que su programa, no obstante, su popularidad deriva sobre todo de la fama de su padre, quien fue actor de cine muy querido, y de su origen humilde en un país en el que los presidentes generalmente provienen de aristocracia rural o de las elites políticas.

Los discursos de campaña de la candidata de 47 años están salpicados con diálogos de las películas de su finado padre, Fernando Poe Jr., quien interpretó muchos personajes pobres que enfrentan a rivales poderosos en defensa de los oprimidos. Se postuló a la presidencia en el 2004 y perdió unas elecciones en las que abundaron las denuncias de fraude. Falleció a los pocos meses, sin poder llevar a la realidad sus batallas de las películas.

Su hija promete combatir la pobreza en la vida real y la popularidad de su padre le da una gran ventaja.

«Me gusta ella porque Fernando Poe es mi ídolo», dice Eliza Oledan, una lavandera con nueve hijos, tras escuchar a Poe hablar en un acto en Manila. «También me gustan sus propuestas, especialmente la de hacer que la educación sea gratis». Indicó que uno de sus hijos tuvo que dejar de estudiar por falta de dinero.

El hecho de ser adoptada casi la deja afuera de la contienda, ya que sus rivales adujeron que no estaba claro si había nacido en las Filipinas, como requiere la Constitución. El mes pasado, sin embargo, la Corte Suprema declaró que estaba habilitada para participar.

Otros detractores cuestionan su lealtad al país en vista de que una vez renunció a su nacionalidad filipina para hacerse estadounidense. Posteriormente Poe entregó su pasaporte estadounidense para aceptar un puesto en el gobierno. Su esposo e hijos son estadounidenses.

De ser elegida presidenta el 9 de mayo, Poe asegura que ofrecerá almuerzos gratis en todos los jardines de infantes y escuelas primarias, peleará para que las mujeres tengan más oportunidades y ayudará a los campesinos.

En un acto le dijo a una audiencia formada mayormente por estudiantes universitarios que mejorará la velocidad del internet, que es una de las más lentas de Asia. Y a los empresarios les aseguró que mejorará la infraestructura y luchará por eliminar de la Constitución cláusulas que desalientan la inversión extranjera.

«Creo que puedo cumplir esas promesas», declaró Poe a la Associated Press. «Los filipinos deben tener una líder que unifica».

Ante la pregunta de si la historia de su vida la favorece, expresó que es importante que un candidato tenga una historia personal que contar, pero más importante es «que el candidato comprenda la historia de nuestro pueblo».

Temario Rivera, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Filipinas, atribuye la popularidad de Poe a su fresca personalidad pública, que no ha sido salpicada por denuncias de corrupción, a su capacidad de conectarse con la gente común y al cariño que los filipinos sienten por su padre.

«Es adoptada y eso es una historia muy fuerte», opinó. La celebridad de su familia y la suya propia, combinada con la imagen de su padre de abanderado de los pobres, «es algo que impresiona mucho, especialmente en una sociedad en la que hay tana gente pobre y marginada».

Una reciente consulta de la encuestadora independiente Social Weather Stations le dio a Poe el 34% de los votos. Rodrigo Duterte tiene el 31%, en tanto que el vicepresidente Jejomar Binay y el exsecretario del interior Mar Roxas suman el 17% cada uno.

Sus opositores le achacan a Poe falta de experiencia, pero Rivera dice que lo mismo se pudo haber dicho de Barack Obama cuando fue elegido presidente de Estados Unidos. Sostuvo que Poe tiene que rodearse de gente capaz y aprender rápido.

Hay quienes no ven con buenos ojos el apoyo que recibió de un acaudalado empresario que supuestamente se benefició de un impuesto que tuvieron que pagar los campesinos que cultivaban cocos cuando el finado dictador Ferdinand Marcos impuso la ley marcial.

Otros cuestionan su historia personal. Por años circuló el rumor de que es hija ilegítima de Marcos y la hermana de su madre adoptiva, rumores que Poe y su familia niegan.

En un reciente acto, Poe, vestida en su uniforme típico –jeans y una camisa blanca inmaculada–, le dijo a una audiencia de gente pobre que quienes dudan que sea filipina deben mirarla bien y observar su nariz, su baja estatura y su cabello oscuro.

«Hay tantos niños que son encontrados abandonados en basurales de Manila», expresó. «Todas las semanas oímos noticias de niños abandonados. ¿Podemos decir que no son filipinos?».

Agrega que todos merecen las mismas oportunidades y que por eso va a pelear por la educación gratuita para los pobres.

«El problema con los candidatos políticos es que todos hablan bonito durante las elecciones», comentó Ramón Castro, un técnico que apoya a otro candidato pero admite que Poe encabeza las encuestas. Si gana, agrega, «veremos si puede cumplir sus promesas».

«Me gusta ella porque Fernando Poe es mi ídolo. También me gustan sus propuestas, especialmente la de hacer que la educación sea gratis. »
Eliza Oledan, una lavandera con nueve hijos, tras escuchar a Poe hablar en un acto en Manila.

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