Phoenix/Washington
DPA

Con la victoria de ayer en las primarias celebradas en el estado de Arizona, Hillary Clinton y Donald Trump marchan a buen ritmo para convertirse en candidatos de sus partidos en las elecciones presidenciales de noviembre, a pesar de las derrotas sufridas en otros estados.

En el conservador estado mormón de Utah, ambos perdieron ante sus principales rivales. El estilo desenvuelto de Trump, sus múltiples matrimonios y vida llena de lujos no le auguraban demasiados apoyos en un estado de marcado carácter religioso. Y ha sido precisamente esta derrota la que ha impedido a Trump desmarcarse de forma decisiva de su contrincante Ted Cruz.

Por parte demócrata, las derrotas de la exprimera dama en Utah y Idaho permitieron a su rival, Bernie Sanders, ganar terreno, aunque no de forma decisiva. Clinton sigue líder con una cómoda ventaja, pero el demócrata de corte socialista no se rinde y sigue dispuesto a seguir luchando por la candidatura, como aseguró en un discurso en California.

Trump, a quien las encuestas daban como favorito en Arizona, se llevó el total de los 58 delegados en juego en ese estado. Al parecer, sus posiciones radicales en materia de inmigración parecen haber calado entre la población del estado fronterizo.

Trump ganó allí con una diferencia de 24 puntos porcentuales sobre Cruz, su principal rival. El estado es uno de los que se vería afectado por la construcción del muro anunciado por el magnate con la frontera mexicana. «¡Gracias Arizona!» publicó el multimillonario en su cuenta de Twitter.

Por otro lado, perdió de forma estrepitosa en el estado de Utah frente Ted Cruz, que se llevó los 40 delegados del estado. La victoria permite al candidatos conservador mantenerse en la carrera por detrás del multimillonario.

El magnate posee actualmente un total de 740 delegados. Para ser elegido en primera ronda como candidato en la convención republicana que se celebrará en Cleveland en julio necesita un total de 1 mil 237.

Ello supone que el controvertido candidato necesita conseguir aún más de la mitad de los delegados en juego en el resto de elecciones primarias.

Una parte de la dirección del partido republicano continúa intentando que la nominación final de Trump no llegue a buen puerto y quiere evitar a toda costa que el populista nacido en Nueva York alance los 1 mil 237 delegados. La posibilidad de una disputa reñida durante la convención no es menos probable después de la jornada de ayer.

Hillary Clinton se dirigió por la noche (hora local) en Seattle a sus votantes. «Estados Unidos no sucumbirá al pánico», afirmó en referencia a los atentados de Bruselas. «No construiremos muros y tampoco daremos la espalda a nuestros amigos», remarcó en referencia a las recientes declaraciones de Trump.

El empresario ya afirmó que EE. UU. debía estudiar la posibilidad de reducir su compromiso con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y solicitó una flexibilización de las normas para facilitar métodos controvertidos cercanos a la tortura en los interrogatorios.

Clinton fue muy crítica con estas propuestas. «Este es el momento en el que Estados Unidos tiene que demostrar su capacidad de liderazgo, no el de retirada».


HILLARY CLINTON SE ACERCA AL 75% DE DELEGADOS

WASHINGTON
AP

Hillary Clinton se acerca al 75% de delegados necesarios para obtener la candidatura presidencial demócrata

Bernie Sanders redujo la brecha en unos 12 delegados después de las primarias más recientes, pero su desventaja sigue siendo muy grande.

De los 131 delegados en juego en tres estados anoche, Sanders obtuvo al menos 67 con triunfos en Idaho y Utah, en tanto Clinton recogió al menos 51 en Arizona. Restan por asignar 13 delegados cuando finalice el recuento.

La diferencia es de 1 mil 214 delegados contra 911, o 1 mil 681 contra 937 si se tienen en cuenta los superdelegados, dirigentes que pueden dar su voto a quien quieran.

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